5.- Ahogando en un vaso de agua.

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Cumpliré veinticinco años en una semana ¿O eran dos? Ciertamente he perdido un poco la noción del tiempo desde que estoy en éste lugar, de todos modos no es como si pudiera festejar con amigos ese día, así que digamos que ya tengo veinticinco años.

Tengo cerca de tres años encerrado en éste maldito pero bendito lugar, irónico ¿No es así?

Tengo mis comidas correspondientes al día, niñeras que me cuidan y siguen para -casi- todos lados, tengo juguetes y demás cosas que uso para "divertirme y no aburrirme", converso de vez en cuando con los demás "inquilinos" de ésta pocilga; inclusive puedo ver televisión una o dos veces por semana si me he portado bien.

Lo único que no tengo, es libertad real.

Estoy viendo por millonésima vez como Changbin juega con dos hojas de plástico fingiendo que les enciende fuego y hace como si éstas se estuvieran consumiendo por el inexistente ardor, yo le miro queriendo entender como puedo asfixiarlo con aquellas bolsas sin que se vea que yo lo hice mientras su niñera personal Felix, le sigue el juego y comenta que lo ha hecho increíble acariciando su obscuro cabello. Yo mascullo una maldición de asco para mis adentros pero como estúpido me encuentro aplaudiendo y riendo como si tuviera cinco años.

Luego de unos minutos Felix nos deja solos y aprovecho el momento para quitarle el estúpido plástico de las manos al morocho quien me mira asustado.

— Ya te dije que dejes esa porquería —le miro con asco al mismo tiempo que le susurro—. No dominas el fuego, solo eres un estúpido pirómano que fracaso en el intento de hacer la quemazón de su vida y que por tus estúpidos trastornos mentales trajeron aquí, a qué te pudras como la basura que eres, como el resto de imbéciles que ves.

Escupo sin pensar a lo que él se levanta hecho una furia por mi comentario, se arroja hacia mi queriendo hacerme daño -como en ocasiones pasadas- tanto así que varios "niñeros" tienen que intervenir al sostenerlo, controlarlo y someterlo ya que a pesar de ser un poco bajito guarda mucha fuerza en su interior, veo como sacan una jeringa y sostienen uno de sus brazos suministrándole nuestra hermosa amiga "Anastasia" como la bautice yo.

El chico cae inconsciente después de segundos de la inyección y yo finjo seguir jugando ahora con las bolsas de plástico pasando desapercibido por los demás.

Idiotas.

— Minho~ ¿Te encuentras bien, Minho? —llama mi atención mi niñera temporal.

Christopher.

Te quiero arrancar esa maldita sonrisa desgarrándola con las uñas de mis dedos y hacerme un nuevo tinte de cabello con tu sangre.

— ¡Estoy bien! —me levanta en sus brazos del piso y yo plasmo una sonrisa bien fingida.

— Es hora de volver a la habitación a tu siesta de medio día, ven, sígueme —se aleja suavemente del toque en mi persona y agradezco monumentalmente que lo haya hecho porque no soportaba su cercanía, solo quería verlo mil metros lejos de mi.

Me deja en mi "pieza" que no es otra cosa más que un cuarto de 3x3m acolchonado con una ventana alta la cual no alcanzo ni subido en mi cama, me sienta en el colchón y comienza a cambiarme de ropa como si tuviera estúpidos cinco años. Comienza a revisarme puesto que mi encuentro con Changbin fue algo brusco, pero no al grado de haberme dejado marcas de algún tipo y eso hace suspirar tranquilo a Christopher quien sonríe.

Terminando se despide y cierra la puerta con clave haciendo obvio el hecho de que no puedo salir a menos que alguien de fueras venga y abra la puerta con aquella combinación de números. Me irrita eso de que me encierren como si fuese un delincuente o algo parecido, pero entendía el estúpido sistema que manejaban aquí.

Psychotic [MinSung] -EN EMISIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora