ღ Prólogo ღ

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Mi vida... no ha sido lo que debería de ser para un chico de mi edad.

Mucho menos ahora que he cumplido los 22 y estos años han sido aún peores, familiarmente hablando.

Pelea tras pelea, discusiones absurdas por ver quien tiene la razón y el evitar enfrentar los verdaderos problemas del hogar, el solo insultarse y beber como si el alcohol fuese agua, entre otras cosas; han desencadenado que les haya tomado un rencor y un rechazo a mis progenitores. Un asco. Si, es doloroso, pero ya no podía verlos como alguien esencial en mi vida, sino, cómo dos personas con las que aún estaba atado a vivir. Cada que los veo salen esas náuseas tan solo de escucharlos hablar o verlos simplemente evitándose, solo para chocar "accidentalmente " con el otro y empezar una nueva riña.

No he hablado con ellos en días, una semana mejor dicho, solo parto de la universidad a la casa y/o al lago que queda cerca de mi vivienda. Son los únicos lugares donde puedo distraerme y no pensar en el asco que me da vivir con un par de tóxicos que discuten hasta porque compraron azúcar morena en lugar de blanca.

Hoy, es uno de esos día.

El lago está tranquilo, mucho a decir verdad, ya que no hay tanta gente como en otras ocasiones y no puedo estar más feliz con ello ya que entre más solo me encuentro extrañamente más feliz me siento. Tristemente no tengo hermanos ni amigos ¿O debería decir afortunadamente? No lo sé, tampoco es como si hubiera querido que alguien más a parte de mi esté viviendo ésta pesadilla, ésta mierda, éste infierno; no, pero en el fondo...

¿Qué se hubiera sentido tener a alguien que comprendiera tus sentimientos y entendiera tus arranques de ira?

Es algo que nunca voy a descubrir.

"Estás de vuelta, Minho." Dice la madura mujer cuando me ve quitando mis zapatos y abrigo colgando de éste en el perchero de la entrada. "Cariño..."

"No me llames así, estaré en mi pieza" le corto y paso por un lado suyo con prisa casi sin querer que si quiera roce su ropa con la mía.

Me asquea.

"¿Quieres al menos mirarme?" dice y resoplo apretando con fuerza mis dientes y manos a los costados al haberme detenido al pie de la escalera.

Háblame así de nuevo... atrévete, mal nacida.

Me giro sobre mis talones con los puños cerrados con fuerza, tengo unas ganas de estrellarle la cara contra la pared tanto a ella como al hombre que viene entrando y se postra detrás de ella. Se detiene un segundo a mirarme con superioridad y cierto desdén pasando por uno de nuestros costados al arrojar su abrigo al sofá de la estancia para después tumbarse en el como el cerdo que era. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir un par de veces, no quería seguir con eso, necesitaba un escape a sus estupideces y sabía como lo podría solucionar.

La decisión estaba tomada.

  

  

  

  

"¡Oh por Dios!"

"¿Qué pasa? ¿Por qué mierda gritas?"

"Mira lo que hay en la alacena."

Voy bajando las escaleras cuando los escucho hablar puesto que eran pasadas las 24:00 am e iba a buscar algo para cenar -ya que previamente no quise cenar cuando ellos lo hicieron-, pero me mantengo detrás del muro queriendo saber que dicen ya que era extraño que estuvieran despiertos tan tarde.

"Puaj, que peste... ¿Cuánto tendría ahí?"

Me asomo un poco y veo como sacan al mapache muerto de la alacena metiéndolo en una bolsa negra, echándole un polvo blanco que distingo como tierra y yo solo chasqueo la lengua molesto.

Lo habían descubierto, debí enterrarlo cuando pude.

"No lo sé, pero ¿Cómo llegó hasta aquí?"

"Si tuvieras la casa limpia lo sabrías, pero prefieres irte de vaga con tus estúpidas amigas."

"¿¡Y tú qué!? Te la pasas fuera todo el día según tú trabajando, ni creas que no he visto como te vas con tus amigos a la cantina esa."

"Estúpida, a mi no me vas a estar vigilando."

"¡Idiota! No sé porqué me casé contigo."

Aprieto los puños a mi costado y saco las manos de mis bolsillos caminado hasta ellos mientras siento como la furia y el odio corren por mi sangre. Ya no podía más, ya no podía seguir tolerando sus riñas sin sentido ni su odio por todo.

No más.

"¡Cierren la maldita boca los dos!"

Y lo último que recuerdo son sus rostros confundidos, sombras negras, un ruido sordo y después sangre por todos lados.

Mucha sangre.

Psychotic [MinSung] -EN EMISIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora