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Porque yo viviré en tu mente y tú vivirás en mi corazón, esa es la diferencia
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—¿Quién era el rubio?

SeokJin se encontraba frente al tocador, viendo su reflejo, viendo en lo que se había convertido. Se le había hecho costumbre admirarse. Tal vez lo hacía porque en su reflejo aún veía al niño moribundo que lo único que pedía era tener un hogar y que su boca dejase de saber a sangre. Sus deseos de en ese entonces se hicieron realidad; sin embargo, no sabía si llamar a este su hogar, el lugar donde residía actualmente se sentía como una jaula.

—Oh, él es el décimo quinto concubino, Hwang JiHyung. Es es de origen noble.

—¿Él… acaso es hijo del marqués Hwang?

—¡Mi señor es muy inteligente! Todos creen que el heredero de los Hwang renunció a su derecho y se fue al extranjero, pero como puede ver eso es una clara falacia. Lo que pasó en realidad fue que el rey se encaprichó del hijo mayor de los Hwang y el marqués no pude hacer nada contra su palabra. Actualmente, Hwang JiHyung es uno de los favoritos, tenga cuidado de hacerlo enfadar.

SeokJin asintió mientras se paraba e iba hacia su cama. ChaeYoung lo interrogó con la mirada y Jin solo le dijo que quería descansar, ella sonrió y se fue.
El Kim no sabía la razón por la cual la sonrisa de Chae le era tan incómoda.

Tomó un mechón de su cabello y lo enredó en uno de sus dedos, su cabello era muy sedoso. Daban ganas de cortarlo.
SeokJin anheló que alguien lo salvara, anheló que alguien se compareciera de él y lo sacara de este horrible lugar.
El sueño pudo más y cayó rendido ante él, por ello no se dio cuenta que alguien se adentraba en su jaula.

Un chico que rondaba los 23 años sin vergüenza alguna se adentró en lo prohibido, lleno de curiosidad hacia lo desconocido. Aquel hombre fue cautivado por el hermoso jardín, y se preguntó el porqué habían tantos.
Miles de flores lo llamaron a entrar en lo que él no sabía que era una jaula. Se paseaba por ese lugar como si fuera su casa, a paso despreocupado observaba con detenimiento el jardín.

No sabía el porqué estaba tan curioso, pero siguió adentrándose y grande fue su sorpresa en visualizar una casa, ¿alguien vive aquí? Se preguntó. Quería entrar, deseaba ver a quién vivía ahí.

—¿Quién eres? ¿Y qué haces aquí?— espetó un hombre de hermosa apariencia.

Ese hombre había abierto la puerta y salido de ella rápidamente, se veía asustado. Bueno, él también estaría del mismo modo si de la nada alguien desconocido aparecía en su palacio.

—Solo paseaba, ¿vives aquí?

Era una pregunta estúpida y lo sabía.

—Si no quieres morir te recomiendo irte lo más pronto posible. Estás en territorio prohibido.

—Soy un invitado al cual lo han dejado plantado, estoy en mi derecho de explorar este castillo.

El intruso vestía ropas lujosas, daba a entender que no era una persona con la cual se podía ser descortés, mas ignoró todo aquello y le insistió en que se vaya.

Esos ojos tan negros con el abismo mismo lo miraban divertido, a él la situación no le divertía para nada. No quería que su jardín se convirtiera en un mar de sangre.

—¿Cuál es su nombre?

—Te lo diré si me dices el tuyo.

SeokJin lo miró molesto. Cada vez sus nervios se volvían más asfixiantes, temía de todo corazón que ChaeYoung apareciera y le notificara esto al rey, no deseaba convertirse en comida para los buitres.

La apariencia del hombre que puso pie en su jaula, no era normal. Poseía un cabello rubio que rozaba el gris, era simplemente hermoso. Además, desprendía esa aura que solo un noble de alta alcurnia podía desprender.

Empezó a escuchar una voz desconocida y sintió que le arrancaban el corazón, de manera veloz entró a la casa y se escondió, rogaba de que no sea un guardia o el mismísimo rey.

YoonGi caminó hacia donde provenía la conocida voz y sonrió al ver que había acertado en su suposición.

—¡Su Majestad! ¡¿Cuántas veces le he dicho que no puede andar paseando como si fuera su palacio?!

—Relájate Nam que te van a salir canas verdes.— dijo burlón —¿Y qué te he dicho sobre dirigirte a mí con de esa manera?

NamJoon sintió que había perdido 20 años de vida buscando al emperador —YoonGi, esto no es el palacio para que te estés paseando por donde se te dé la gana.

—¿Desde cuándo nos conocemos?

—¿Eso que tiene que ver?— YoonGi lo miró insistente — Desde los 8 creo, no estoy seguro.

—Porque nos conocemos desde hace tanto tiempo se voy a contar lo que descubrí. Aquí vive alguien de belleza excepcional.

NamJoon quería pegar un grito al cielo, ¿por qué a él? ¿qué karma estaba pagando?

—Tenemos que irnos antes de que alguien se dé cuenta de nuestro intromisión.

—¿No me oíste decir que conocí a alguien de hermosa apariencia? ¿No te da curiosidad del porqué vive aquí? El castillo es tan grande y el vive en este jardín.

—No, Su Majestad, debemos irnos rápido de aquí. Desconozco si el rey tomará tus acciones como una ofensa.

—Yo no fui quién le dijo que me dejara esperando 2 horas. ¿Quién se cree que es? Todavía que vengo amablemente a ofrecer un trato para evitar su muerte. Yo soy el emperador y puedo dejar a su reino hecho pedazos.

Nam solo ignoró el parloteo de YoonGi, lo arrastró hacia la salida y revisó cuidadosamente si había alguien que los podía delatar. Si muros en la costa, sacó al Min del jardín.

—¿Tú no aprendes, verdad? Te pudiste meter en problemas, Yoon.

—Él es un Adonis. Sus ojos son como galaxias, negros y profundos pero al mismo tiempo brillantes e hipnotizantes. No lo vi por mucho tiempo; no obstante, su figura es armoniosa.

NamJoon bufó sonoramente —Nunca creí verte flechado. Y poder oír como hablas de su belleza como un tonto enamorado me es bastante divertido.

—Haré oídos sordos a palabras necias como las tuyas.

Sin embargo, Min no lo negó porque sabía que era cierto. Él había sido flechado.


•No llegamos a las 60 estrellitas, pero prometo traer otro cap el domingo. Tómenlo como un regalo♡

•¿Podrán llegar a 82 votos? Si lo hacen además de cap del domingo, traeré 3 capítulos más la próxima semana.

Moon, the storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora