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«Si yo soy el sol, tú eres la luna porque cuando salgo te escondes.»

Cypher pt 2 BTS









SeokJin podía comparar como se sentía en estos momentos con los nervios de la primera semana en la que el rey debió haberlo visitado para acostarse con él.

Se pasó días esperando la llegada del rey como ahora pensaba con detenimiento si alguien había visto salir al desconocido de su jardín, pero era poco probable, porque si fuera así no estaría respirando en estos momentos.

La otra incógnita que rondaba su mente era quién rayos fue la persona que entró en su jardín, jamás había visto su cara. Pero por las vibras que trasmitía, no era un cualquiera. La manera en cómo hablaba es como si el mundo le perteneciera.

Lo extraño aquí era el cómo pudo burlar a todos los guardias y entrar en el jardín de un amante, él era un concubino de clase baja, sí, pero seguía siendo propiedad del rey. Por ende, nadie podía acercarse a su persona a menos que fuera un sirviente, concubino o el rey mismo. La libertad que poseía era poca, no obstante, por lo menos tenía un lugar donde dormir y comida para llevarse a la boca. Se convencía cada día de que eso era lo único que importaba. Ahora que se daba cuenta vivía gratis en el gran castillo porque se supone que su único trabajo era satisfacer las necesidades sexuales del gobernante. A veces se cuestionaba seriamente si el rey tenía conocimiento de su existencia, dado que cuando lo compró, se encontraba borracho y apostaba su mano izquierda que ni siquiera sabía cuántos dedos tenía en su mano, no sería la primera ni la última persona que olvida todo lo que hace y dice luego de emborracharse. Realmente no le molestaba esa posibilidad.

Mirando la ventana se preguntó la razón de que ChaeYoung no había aparecido en los últimos dos días, y si contábamos el actual, ya serían tres en los que no hacia acto de presencia. En su lugar, venía otra sirvienta que era todo lo contrario a Chae, fría y callada, ni siquiera le dirigía la mirada cuando le servía su plato, una única reverencia y se esfumaba de su jardín, mas no parecía ser miedo el motivo de sus acciones, sino simple desinterés. Debía dejar de pensar que todas las personas a su alrededor lo quieren traicionar. Es una muy mala costumbre que ya se iría con el tiempo.

Salió de sus pensamientos y sus sentidos se agudizaron al percibir unas pisadas afuera de su pequeña vivienda. Eran pasos casi silenciosos, pero se podían escuchar si ponías atención. ¿Podrá ser ChaeYoung? Después de todo ya era de tarde y no faltaba mucho para que el sol descendiera. No era una posibilidad que fuera la otra sirvienta puesto que ella solo iba a dejarle las comidas a un horario especifico.

Tal vez, solo tal vez, podría ser el intruso de días atrás. Pensar en ello le revolvió el estómago y su corazón empezó a latir más rápido.

Se acercó bastante a la ventana para comprobar sus sospechas, mas no vio a nadie. Todavía las pisadas se oían muy lejanas, sus acciones fueron precipitadas. Se dejó caer de trasero en el suelo y pegó su oído a la pared.

Tock tock

Por las delgadas ranuras intentó visualizar a quién tocaba su puerta, pero solo pudo ver un par de piernas. Era lógico, se encontraba de rodillas.

—¿Hay alguien ahí? 





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—¿Estás ahí, Seok?— preguntó tocando la puerta para después asomarse por ella.

Moon, the storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora