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«Desde mi infancia, un signo de interrogación azul ha estado presente en mi cabeza, tal vez esa es la razón por la que he vivido con tanta intensidad [...] con la esperanza de que no me devore, buscaré una salida, solo quiero ser feliz»

Blue & Grey - BTS

Una brecha se cerró al decir sus nombres, pero otra se abrió al conocer sus castas

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Una brecha se cerró al decir sus nombres, pero otra se abrió al conocer sus castas. Lamentablemente, el concubino no podía dejar de pensar en cómo el emperador que aterrorizó a medio continente con su poder podría estar interesado en alguien como él.

Brujería, debe ser brujería.

Los pueblerinos alaban al Cuervo de Lebil, los soldados tiemblan al oír el título y los nobles cuidan sus bocas al hablar de él. No es para menos cuando ha dominado más de 3 reinos en lo poco que lleva de emperador. Nadie tiene más poder que él y nada es una amenaza contra su vida. Quién se atreva a querer terminar con ella no le espera más que una lenta y dolorosa muerte.

SeokJin se estremece al recordar cómo los comerciantes charlaban de la grotesca escena que presenciaron en Lebil.

«De repente, todo se quedó en silencio y gritos de asombro empecé a escuchar. Al voltear no pude evitar que se me escapase una bocanada de aire. Era la cabeza de la emperatriz la que colgaba del mástil como si fuera una bandera. Y no me quedó duda que era la señal de la victoria»

Ellos contaban que la cabeza se exhibió hasta que se pudrió. Simplemente no podía creer que el hombre que tan dulce le sonreía fuera quien hizo tal atrocidad, pero por una parte lo entendía. La emperatriz recibió lo que merecía por sus fechorías. Había escuchado que mató a todos los hijos bastardos de su esposo y no conforme con ello también le arrebató la vida a sus madres.

Qué infierno debió haber pasado YoonGi, pensó.

Su mente se puso en blanco en el momento en el que escuchó pisadas. No pudo evitar recordar la carta que leyó diciendo que el rey estaba en los jardines. Las náuseas empezaron a aquejarlo. Con miedo, se asomó para intentar descubrir quién era y al reconocerlo soltó el aire que nunca supo que estaba conteniendo.

YoonGi, era YoonGi.

No pudo evitar sonreír. Estaba mal, pero se sentía tan bien.

Con gracia, salió de su pequeña vivienda para ir al encuentro del noble. Una gentil sonrisa acompañaba a unos ojos llenos de alegría cuando lo vio.

—Mi chico lindo, es un placer verte de nuevo.—comentó para después hacer una reverencia ante él.

YoonGi había hecho eso tantas veces, pero solo ahora conocía la gravedad de ello.

—No hagas eso. No es correcto.—dijo acercándose a él para que parara de hacerlo.

El emperador al levantar la cabeza, se encontró con la mirada preocupada de Jin. Una gran sonrisa se mostró en el rostro propio. Era tan divertido molestarlo.

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