Decimo Relato

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Hoy te miré a lo ojos y simplemente ya sabia lo que pasaba, le habías visto.

Lo noté por el brillo en esos ojos cielo que brillaban de forma diferente a la de siempre y en mi interior algo crujió. Ya antes te había rogado de rodillas que me dijeras que estaba faltándome para poder estar a su nivel y darte lo que tu amante te da, pero siempre negaste tener un amorío y me dejabas llorando.

Pero hoy al besarme de nuevo volví a sentir esa indiferencia que sueles mostrar más arraigada aun y fue la gota que derramó el vaso. Prefería dejarte para que tu fueras feliz con quien quisieras y yo culminara de atormentarme. Así que cortaré los lazos que nos unen. Yo jamás pude darte lo que pedias porque no tenía o no sabia como hacerlo. 

Disimulaba que no veía como le dedicabas miradas de amor, le tomabas la mano sin que nadie viera y hasta inclusive los llegué a ver besándose, sabiendo que ustedes después fingirían que no pasaba nada. Si no hacia algo al respecto moriría de dolor, por eso ya no soporto mas esto y lo terminaré. Mañana mis maletas estarán listas y ni siquiera sabrás que me habré ido dejándote solo ese café en la barra de la cocina que tanto me alagabas y con el una carta que será lo ultimo que sabrás de mí.

Suerte en tu vida tratando de ser feliz, suerte sin mí y sobre todo espero que me dejes ser feliz y me desees la suerte que yo te estoy deseando...

Relatos Amargos de un Café sin AzúcarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora