Capítulo 10

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Nota: apenas estoy entendiendo como manejar la pagina, había dejado un mensaje para ustedes sobre los próximos capítulos, pero nunca lo subí jajajaj Posdata: la estupides :P TT_TT

Esa noche sus pensamientos fueron un caos, mirando la puerta con miedo y anhelo, sus pies entumecidos por estar sentado en el piso y espalda adolorida, le recordaron que no había empezado sus tareas académicas y la estupidez que estaba cometiendo.

No supo en que momento amaneció, su mejilla marcada sobre el cuaderno encima de su cama, era evidencia de que no hizo nada. Adormilado tomo su cepillo de dientes, productos de aseo y toalla, salió de su cuarto y se dirigió al baño, en el camino solo escucha murmullos a su alrededor, no se daba cuenta que sus compañeros lo estaban saludando.

Sus ojos adormilados no notaron la figura de Midoriya chocando con él, lo escucho disculparse y preguntarle porque tenia marcas oscuras en sus ojos: - Sueñooo... baño... - murmuro Mineta entre bostezos, Midoriya lo miro con confusión y solo jalo su brazo hasta llegar al baño. Un escalofrió recorrió su pequeño cuerpo cuando escucho maldiciones, lo despertó inmediatamente y recorrió todo el lugar con su mirada, pero no encontró a la bestia, suspiro con calma.

Ya en los casilleros saludo a los pocos que estaban saliendo, se desvistió ya con toalla en la cintura fue a las duchas, como si su cuerpo lo supiera dio la vuelva hay estaba a unos pasos de él, con una toalla en su cintura y otra alrededor de su cuello, su cuerpo algo marcado relucía con la gotas de agua que caían de su cabello mojado, trago saliva al verlo sonreír de una manera tan cautivadora y perversa.

Sin pensarlo ni un segundo corrió hasta la ducha ya cerrando la puerta una mano la detuvo, un animal salvaje y un bufón encerrados no es una buena combinación: - Hooo...la – dijo Mineta con miedo disfrazado de timidez, bajando su mirada a su cuerpo, al darse cuenta de su estado abrazo su cuerpo y se refugio en la pared, la bestia no decía nada solo lo miraba sin ninguna expresión.

- Te dije que no escaparías, que tan idiota puedes ser... tu cara esta un asco – al escuchar esas palabras Mineta sintió que sus ojos se estaban humedeciendo, estaba tan cansado de tener pensamientos confusos sobre que hacer cuando estuvieran los dos solos, su cuerpo se desplomo en el piso de la ducha dejando su cabeza apoyada en la pared, quería cerrar los ojos y pensar que solo era un sueño.

Su barbilla fue levantada, miro detenidamente esa mirada que lo hacia estremecer, tantos pensamientos confusos fueron olvidados al sentir su aliento ser robado, hipnotizado por la sensación se dejo controlar por su deseo, la bestia sabia que el punto débil del bufón eran sus labios y cuello, lo jalo a sus brazos y lo puso encima de él: - No tengo tiempo para enterrarme en tu agujero, será mejor que empieces a mover tus caderas – demando la bestia.

Bakugo sentado en la fría loza, solo podía disfrutas de torturar el cuerpo que tenia en su regazo, le robaba el aliento, mordisqueaba su cuello y pezones, tocaba todo lo que quería, viendo como este movía sus caderas y se estremecía en placer, el pequeño bulto de Mineta ya era evidente debajo de la toalla: - Maaass aaaahh mmmm... por favor Baaaaakugoo aaaah –, gemía por mas el bufón dejando detrás su razón: - Mierda... estas todo cachondo porque nos pueden atrapar, eres mas pervertido de lo que pensé... jaja te encanta, lo deseas sucia perra, estas tan desesperado que mueves tu culo con deseos de mi pene en tu sucio agujero –, cada palabra de la bestia solo lo hacía estremecer, quería sentir su cuerpo sobre el suyo tanto que dejo atrás el miedo y fue el quien con sus pequeñas manos saco el pene de la bestia y la junto con la suya para masturbarlos a los dos.

Como animal en celo Bakugo lo ayudo, ya no había ninguna negación departe del mas pequeño, los dos cuerpos moviéndose en sincronía del deseo y calor que tenían por estar mas unidos, gemidos, maldiciones y suspiros se escuchaban, ambos cuerpos se estremecieron cuando cada uno tuvo su orgasmo, uno antes que él otro, los labios solo cuando acabo el frenesí por fin fueron separado, unidos con una fina línea de saliva.

Al ser unos adolescentes idiotas olvidaron el detalle de donde estaban, si no fuera porque ya era tarde para llegar a clases, el baño se encontraba vacío o eso se creía, ya que alguien se encontraba con las mejillas sonrojadas y un "pequeño" paquete en sus pantalones, estremeciéndose con su cabeza apoyada en la puerta de la ducha donde estaban los dos "amantes".

FrustraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora