First lesson

Capítulo 25

- Esto va así – insistió Donghyuck.

- ¿Sabes qué? Voy a llamar a un carpintero –

- ¡Confía en mí por una vez! – le arrebató las piezas de madera – esta encaja con esta –

- No. Esta – tomó una de las piezas – va con esta – señaló un tercero, entregándole una pieza que ninguno de los dos estaba tomando en cuenta.

- Oh – murmuró el moreno avergonzado – gracias, Sungchan –

- Honestamente, no sé qué haríamos sin ustedes aquí – sinceró Jaehyun.

- Alguno tendría una herida severa provocada por un destornillador – se burló John, acercándose a ellos.

- Fue un accidente – lloriqueó Donghyuck – no sabía que estabas tras de mí –

- Ya no importa –

- ¿A dónde fue Jaemin? – interrogó el menor.

- Dijo algo sobre conseguir una pizza, pero estoy seguro de que va a terminarla antes de llegar – respondió el más alto a su pareja.

- Espero que Yuta tenga la consideración de comprar un par extra – deseó Jaehyun.

- No importa, lo que quiero es que lleguen ya – se quejó el moreno – necesitamos más ayuda –

Desde hacía un par de horas, el menor había llegado con sus maletas y algunos muebles a la casa de su novio.

Apresuradamente, como todos los aspectos de su relación, Jaehyun le había pedido que se mudara con él durante una cita en un bonito restaurante al que lo había llevado.

Había pensado seriamente en la negativa de su chico, y como actuaría al respecto, pero éste comenzó a planificar la mudanza completa para, más tardar, ese fin de semana.

Lo más extraño de la situación en sí, era que los padres del aún estudiante se habían mostrado encantados con la idea, siendo el mismo día en que el profesor se enteraría de que las relaciones rápidas eran algo propio de la familia Lee pues, a consideración de sus suegros, se habían tardado mucho en sentar cabeza.

Y él estaba encantado.

- ¡Chicos! – saludó el animado azabache entrando en el estudio – traje pizza – comentó con una rebanada en sus manos.

- No – siguió Yuta caminando tras él, cargando un par de cajas – yo traje pizza –

- Yo iré por alcohol – canturreó John.

- Yo llamaré a alguien – refunfuñó Haechan, caminando a la habitación.

Una alcoba hermosa, limpia, espaciosa, pero más importante, suya.

Estaba tan emocionado.

- Lo siento, Hyuck – se lamentó Jisung – pero en este momento estoy tratando de evitar una tragedia –

- Por Dios, ¿todo está bien? –

- En absoluto – lloriqueó – llegaré más tarde ¿sí? Tal vez quede algo en lo que pueda ayudar, pero debo irme ya – dijo colgando la llamada.

Observó a Sicheng estacionarse frente a él y bajar del auto, decidido.

- Mierda – gruñó el menor, acercándose – por favor, por favor no hagas esto –

- ¿Qué mierda te sucede? –

- No tienes que hacerlo – lo detuvo, colocando sus manos en su pecho – por favor, bebé, vamos a hablarlo –