Capítulo 15

234 39 5
                                    

- Okay, tengo una buena – introdujo un caramelo en su boca - ¿prefieres casarte con tu padre, o con tu hermano? –

El mayor lo meditó.

- Mi hermano – respondió al cabo de un rato.

- No tienes hermanos ¿verdad? –

- Puedo inventar uno – se encogió de hombros.

- Tramposo –

- Muy bien, vas tú – abrió la boca para aceptar la gomita que el otro le ofrecía - ¿comer tu dulce menos favorito por el resto de tu vida, o comer tu dulce favorito por un día completo sin tener derecho a probarlo jamás? –

- Morir – dijo con simpleza, haciendo al mayor reír.

- Tramposo – imitó, mirándolo por un segundo antes de volver sus ojos a la avenida.

La vibración de un teléfono llamó su atención.

- Hola, cariño – canturreó Jaemin, respondiendo la llamada.

Yuta apretó el volante, pero no dijo nada. Ni siquiera sabía de quién se trataba.

El menor siguió atendiendo, totalmente ajeno a la reacción del japonés.

- ¿Estás bromeando? – frunció el ceño – ¿ah sí? – miró al hombre a su lado – ese maldito –

El mayor apretó los labios, tenía una corazonada.

- Bien, supongo que no hay de otra. Te veo mañana – se despidió colgando.

- ¿Quién era? –

- Jeno – golpeó su brazo ligeramente – me canceló los planes de esta noche porque le dejaste mucha tarea –

- Claro que no –

Claro que sí.

- ¿Qué se supone que haga ahora? Íbamos a comer basura y ver películas juntos –

- Puedes hacer eso conmigo –

- ¿Y ver las películas en mudo que veías en tu infancia? No, gracias –

- No eres nada gracioso –

- Prefiero hacer otras cosas – se acercó a él – hace mucho que no nos divertimos –

- Eso es porque te la pasas con tus amigos –

- Pero ahora estoy contigo – susurró en su oído - ¿quieres ir a mi departamento? –

- ¿Qué tienes para mí? –

- El paquete completo – rió – todo incluido –

- ¿Hay crema batida? –

- Hay... una ciruela –

Yuta soltó una risa sonora.

- Suena a que tienes que hacer tus compras –

- Paso –

- ¿Por qué? –

- Es muy complicado, y pesado –

- ¿Pesado? –

- No quiero cargar las bolsas –

- Yo puedo llevarte –

- Yuta... - lloriqueó.

- Vamos ahora. Te prometo que no tomará mucho – mintió.

- ¿Al menos podemos hacer una parada para el juego previo? –

- No tenemos que detenernos – deslizó su asiento hacia atrás – puedes empezar ahora – sonrió, golpeando uno de sus muslos.

- Vas a tener que compensarme – exigió, agachándose a desabotonar el pantalón ajeno.

- Claro que lo haré – murmuró distraído, sintiendo su miembro despertar a la vez que el menor lo acariciaba.

Siempre lo compensaba.





- ¿Podemos cocinar salmón? – pidió Jaehyun, empujando el carrito de sus compras.

- ¿Sabes cocinarlo? –

- No –

- Tampoco yo – suspiró – ¿qué dices si compramos una pizza congelada? –

- Hecho –

El plan de ir lento no estaba funcionando del todo, sino que era todo lo contrario.

Para ambos era sorprendente lo rápido que estaban avanzando como pareja, pero ninguno se quejaba.

Desde que habían comenzado a ver poco a Sungchan, pues el menor había dejado de encontrarse con ellos en la casa de Jaemin y ahora lo hacían directamente en la escuela, el grupo había mantenido sus reuniones estrictamente en el campus.

A Donghyuck le parecía sospechoso que últimamente todos estuvieran ocupados, pero preguntar implicaba responder, y él no podía hacer eso.

Disipando sus pensamientos, tomó par de cajas de cereal y las colocó frente al mayor.

- ¿Cuál vas a llevar? Hay una respuesta correcta –

- Lleva ambos. Sabes que vas a dormir en mi casa al menos tres días –

- Tú sí que lees mi mente – bromeó – eres... - se interrumpió a sí mismo, guardando silencio.

Abrió los ojos en grande y retrocedió en sus pasos, quedando detrás de un estante ante la mirada extrañada de Jaehyun.

- Do... -

- Jaehyun – llamó una voz tras él.

El mencionado apresuró una sonrisa y se giró a verlo.

- Yuta, que sorpresa – exclamó.

- Sí, bueno. Es el súper mercado – rió, mirando su carrito - ¿dos cereales? –

- Desayuno y cena – asintió.

- Ajá – lo miró con duda.

- ¿Dónde están tus compras? – dijo en un pobre intento de cambiar el tema.

- No son mis compras – hizo una mueca – en realidad vine a acompañar a el bonito con el que me acuesto a comprar sus víveres antes de ir a su departamento –

- Suenas asqueroso – recriminó.

- Bueno, al menos soy sincero –

- ¿Qué? –

- ¿Pero qué tenemos aquí? – canturreó Jaemin, empujando su carrito hacia ellos – profesor Jung, siempre es un placer – dijo guiñándole un ojo.

- Hola, Na –

- Es genial haberlo encontrado justo ahora, nosotros – los señaló – íbamos a cocinar algo, sería bueno que pudiera acompañarnos –

- ¿Ahora? –

- Ahora – asintió.

- No tengo mucho tiempo – sonrió – gracias, pero tengo mucho trabajo que hacer y... tú sabes, Yuta. Calificaciones y eso –

- Sí, claro – se encogió de hombros.

- Bueno, es una lástima – dijo el menor.

- Sí, sí lo es –

- Entonces nos vamos – anunció Yuta, tomando a su acompañante por la cintura – te llamo más tarde –

- Claro –

- Claro –

- Adiós, profesor Jung – se despidió el menor caminando junto al japonés – adiós, Haechan –

- Adiós – respondió el mencionado, saliendo de su escondite.

Bueno, al menos ya no tenían que ocultarse de sus más frecuentes.

First lessonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora