Capítulo 04

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Simplemente no lo entendía.

Él era un buen chico, un buen estudiante, y era una persona bastante ejemplar, si se lo preguntaban.

No entendía cómo es que eso no lo hacía un buen partido para cualquiera.

Bien, tal vez era un buen partido. Para un estudiante.

Para un profesor...

Talló sus ojos con frustración y se apoyó en la silla.

Estaba distrayéndose mucho y no podía culpar a otro que su maestro.

Qué ironía.

Pero no era sólo el hecho de que era muy atractivo y simpático con él, y el resto de los estudiantes, lo que lo ponía ansioso.

¿Qué era eso de que no podía contarle a sus amigos sobre sus sentimientos?

Se sentía ofendido de que el profesor Jung sospechara que alguno de ellos pudiese iniciar algún rumor. Sus amigos nunca harían algo por estilo.

Negando molesto, se levantó de su escritorio para buscar un café.

Salió de la biblioteca sintiéndose ya más relajado por el simple hecho de estirar sus músculos.

Tal vez sus padres tenían razón y no debía presionarse tanto, pero era algo que no podía evitar. Así era él y no quería cambiar, para ser honesto.

Llegó a la cafetería, pero no entró.

Retrocedió sigilosamente con la esperanza de que la pareja que compartía un acaramelado momento no lo hubiese notado, debatiéndose entre retirarse o quedarse a hacer guardia.

Chocó con un cuerpo antes de decidirlo.

- Cuidado, Lee – dijo burlón tras él.

- Profesor – hizo una reverencia – lo siento, no lo vi –

- Porque ibas caminando de espaldas – rió - ¿por qué huyes? –

- No huyo – mintió – vine por un café, pero acabo de recordar que dejé mi billetera en... -

- Yo pago – dijo empujándolo de vuelta.

- ¿Está seguro? – preguntó resistiéndose - no tengo problema con... -

- ¿Yuta? – llamó un tercero, saliendo en su encuentro – ¿qué haces aquí? –

- John – sonrió – vine por un café con mi pequeño amiguito – abrazó al menor por los hombros – ¿tú qué haces aquí? –

- Estoy revisando el programa de tutorías con uno de mis estudiantes –

Ajá.

- Ya veo – asintió poco convencido – bueno, Donghyuck apenas entraba cuando lo encontré ¿no es una suerte? –

- Eso parece –

Ninguno de los dos era consciente de lo incómodo que estaba el moreno.

- Yuta – llamaron nuevamente, esta vez, tras ellos – que bueno encontrarte –

- ¿En serio? – se giró a verle.

- Iba a llamarte y pedirte que almorzáramos juntos, ya que John está ocupado – miró al que acababa de salir.

- Claro – se encogió de hombros.

- Sólo déjame beber un poco de agua – dijo pasando en medio del par, separándolos.

- Jae, espera – pidió, sacando su cartera – ¿puedes traerle un café al muchacho? –

- Yo pagaré su café – respondió seco antes de entrar.

- Bueno, volveré a tutorías – sonrió – Donghyuck – hizo una leve reverencia.

- Profesor Seo – repitió el gesto.

Una vez solos, el japonés se apoyó en la pared frente a él y se cruzó de brazos.

- ¿Puedo confiar en ti? –

- Por supuesto –

El mayor rió divertido.

- No estés nervioso. Tú no estás haciendo nada malo –

- Ya sé – murmuró.

- Eres un buen chico –

Lentamente, levantó su mano para acariciar la barbilla del menor gentilmente.

- ¿Estás listo? – interrumpió Jaehyun.

- Sí – asintió sin romper el contacto visual.

- Donghyuck – llamó el castaño – tu café –

- Gracias, profesor Jung – dijo soltándose del agarre para aceptar el vaso – que amable –

- No es nada – sonrió a medias.

Donghyuck lo miró con ojos brillantes por un momento antes de negar y mirar nuevamente al otro.

- Adiós, profesor Nakamoto –

- Bye – murmuró Yuta, frunciendo el ceño.

Ambos miraron al joven desaparecer a lo largo del pasillo.

- Es lindo -

- Cállate – gruñó el menor, encaminándose a la salida.

- Oye, sólo digo lo que veo, no me condenes por eso – rió - además, no es nada nuevo -

- No sé, no me la paso viendo estudiantes –

- ¿Perdón? –

- Lo siento – suspiró pesado – es que todavía no decido qué hacer sobre el chico, y tú no haces esto más sencillo para mí –

- No pensé en eso, lo siento –

- Pues ahora lo sabes –

El mayor asintió y siguió su camino en silencio.

- Si decides que no lo quieres... -

- Yuta – advirtió.

- Sólo decía –





Donghyuck volvió a su escritorio y bebió su café en silencio.

Una llamada entrante iluminó la pantalla de su teléfono, haciéndole sonreír.

- Hola – canturreó.

- ¿Nos viste? –

- Síp –

- ¿Nos vemos lindos juntos o es muy desagradable? –

- Son lindos –

- ¿Verdad que sí? –

- ¿Qué dijo el profesor Seo? –

- Está nervioso pero lo convencí de que no dirías nada. No sé por qué pensó que mis amigos no lo sabían -

- Tal vez no quiere que lo sepamos -

- Bueno, yo le dije que no estaba escondiéndome y que no lo haría, y dijo que sólo no quería causarme problemas por eso –

- Como si te importara –

- Exactamente. El único que tiene problemas es él, y ni siquiera es por la escuela, es por mis padres –

- Por cierto, ¿cómo va eso? –

- Pasará, eso es seguro –

- Suerte –

- Gracias, amigo. Tengo que irme, te llamo más tarde –

- Claro – dijo colgando la llamada.

Miró la pantalla y suspiró pesado.

En serio esperaba que lo de ellos funcionara.

Sí se veían lindos juntos, extraños, pero lindos.

Y si, para él, el sueño no se volvería realidad, al menos esperaba que su amigo disfrutara su romance.

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