Capítulo 05

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- Te dije que coquetearas con él, no que le declararas tu amor – se burló Jaemin, caminando junto a Jisung – por supuesto que no iba a creerte, idiota –

- Bueno, estoy jodido – bramó, entregándole su mochila – tendré suerte si no me reporta –

- ¿Por qué siquiera lo escuchas? – dijo un tercero, entregándole también su mochila al azabache.

- Era un buen consejo – defendió, cargando con dificultad las pertenencias ajenas.

- ¿Ah, sí? – lo miró divertido – ¿a ti te ha funcionado antes? –

Jaemin no respondió, caminando hacia las gradas.

- Lo que pensaba – rió el otro, siguiendo sus pasos - ¿vas a quedarte mucho tiempo? –

- Hasta que me aburra – se encogió de hombros, tomando asiento cerca de las escaleras.

- Sólo quieres copiar nuestra tarea –

- Jeno – llamó molesto – tenemos un trato. Yo copio sus tareas y ustedes tienen el privilegio de decir que somos amigos –

- Realmente no ganamos nada – respondió Jisung con una mueca.

- ¡Park, Lee! ¡A correr! – llamó el entrenador.

- Avísanos si te vas – se despidió Jeno, revolviendo su cabello.

Jaemin le sonrió dulcemente, mirando al par alejarse trotando hacia el resto del equipo.

Sacó su cuaderno de contabilidad de su mochila, sus audífonos y una goma de mascar.

Luego tomó la mochila de Jeno para hurgarla hasta encontrar su libreta y comenzar a copiar todos los apuntes.

De vez en cuando levantaba la mirada para supervisar a sus amigos, asegurándose de que seguían siendo tan calientes cuando entrenaban como lo eran normalmente, y volvía a su tarea.

Su teléfono se iluminó con una notificación, llamando su atención.

Profesor sexy

14:03

En la bodega junto a la cancha

Guardó sus objetos con pesadez, escribió una nota en la libreta de Jeno, la puso en su lugar, y se dirigió al lugar indicado.

Entró encontrando la habitación en la oscuridad, únicamente iluminada por la luz que entraba a través de las rejas de la ventana.

Sintió un cálido pecho pegarse a su espalda y unas fuertes manos acariciando sus muslos.

- Hola, lindo –

- ¿No pudiste encontrar un lugar más desagradable? – dijo con sarcasmo – hace calor aquí –

- ¿Quieres ir a mi departamento? –

- Buen intento – rió, girándose a él – no voy a meterme de nuevo en tu maletero. Se siente tan sofocante ahí dentro –

- Es lo que hay, niño – acarició su cintura y trasero - ¿no vas a saludarme? –

El menor sonrió y se acercó para besar sus labios con suavidad, rodeando su cuello con sus brazos, sintiendo como el otro lo atraía más hacia él.

- Ya va a comenzar la segunda mitad del ciclo – susurró separándose - ¿te sientes listo? –

- Entre más rápido comencemos, mejor – mordió el labio ajeno.

El mayor gruñó, empujándolo a los estantes tras de él, comenzando a atacar su cuello con brusquedad, haciendo al otro soltar sonoros jadeos.

- Cállate – pidió, cubriendo sus labios con la mano que no estaba usando para acariciar su entrepierna – van a descubrirnos –

- Yuta – gimió.

- Me encanta cuando dices mi nombre – bromeó, tomando la mano del menor para colocarla en su propia erección – vamos, niño. Gánate esa calificación –

Jaemin sonrió lascivo antes de caer de rodillas frente a él, haciéndole cerrar los ojos y echar la cabeza hacia atrás mientras lo devoraba.

Le encantaban esa clase de acuerdos.




Como todas las noches después de su entrenamiento, Jisung se encontraba compartiendo la cena con sus padres.

- ¿No vas a comer postre? – interrogó su madre cuando lo vio levantarse.

El menor negó con una mueca.

- El entrenador dice que estoy subiendo de peso –

- Tonterías – sonrió la mujer – vamos, bebé. Es tu favorito –

El chico dudó.

- Que lo suban a mi habitación, tengo tarea. Pero que sea la última vez – advirtió entrecerrando los ojos.

- Claro que sí, mi amor –

Subió las escaleras tarareando y se encerró en su habitación, dirigiéndose a su escritorio.

Tomó su mochila del suelo y la abrió en búsqueda de su cuaderno, extrañándose cuando no lo encontró.

Maldijo irritado y tomó su teléfono para marcar.

- Habla Na –

- ¿Puedes al menos enviarme fotografías de los ejercicios para resolverlos y poder copiarlos mañana? No necesito perder otra materia –

- ¿De qué mierda hablas? –

- Te llevaste mi libreta de contabilidad –

- A menos de que tu nombre sea Lee Jeno, yo no te copié una mierda – rió.

- Dime por favor que estás mintiendo – pidió, comenzando a revolver su escritorio.

- Lo siento, Jisung –

- Está bien, te veré mañana –

- Hasta mañana, bebé – se despidió colgando la llamada.

Unos golpes en su puerta llamaron su atención.

- ¡Pase! –

- Su postre, señor Park – dijo la sonriente mujer entrando a la habitación con una bandeja entre sus manos.

- Aquí – señaló el lugar junto a su computadora – señora Song, ¿por casualidad recuerda haber visto una libreta con portada de súper héroes rondando por la casa? –

- No lo recuerdo – frunció el ceño – tal vez la dejó en la escuela –

- Eso parece – suspiró pesado – bueno, muchas gracias. Descanse –

- Igualmente, niño Park – se despidió cerrando la puerta tras de sí.

Esperaba con su corazón que sus sospechas estuvieran equivocadas. Si no, sería tan humillante que dolería.

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