Mágico

VIII

—Oppa— Dokja levantó su cabeza para mirar a Hayoung.

—¿Estás bien?— Hayoung movió su cabeza levemente a la derecha observando a Dokja sentarse en un árbol después de terminar el entrenamiento.

—Sí, ¿por qué lo dices?

—Te vez de mal humor algunas veces y con cara de querer matar a alguien— Hayoung cubrió su mejilla de forma nerviosa.

—Es el estrés, sabes que pronto tendremos que elegir lo que queremos entrenar— Hayoung se convenció con la respuesta.

Aunque su mal humor ya tuviera nombre y apellido. Yoo Jonghyuk, el tipo quien creía que él no había trabajado lo suficiente para estar en el lugar donde estaba ahora. Además de que estaba equivocado, había mentido al decir que solo era un simple Mago o un Mago promedio.

—¿Qué elegiras Oppa? Cierto, ya lo habías mencionado antes, espada ¿no?

—Si, tal vez— Él ya estaba dudando.

—¿Tal vez? Creí que ya habías elegido.

—Puedo cambiar de opinión a veces— Dokja evitó la mirada de Hayoung.

—Es raro que pase, por lo general Oppa es muy decidido.

—Sí.

¿La verdad? La verdad era simple, un día como cualquier otro Jonghyuk se había encargado de darle una advertencia a Dokja.

El chico de bata blanca se dirigía a su habitación, pero fue detenido por una mano desde las sombras y chocó con un fuerte pecho.

—Te diré esto una vez, por lo tanto escucha atentamente— la voz de Jonghyuk estaba directamente susurrando en su oreja —Sé que planeas entrar en mi área, mi fuerte, la espada. Te lo diré ahora, no tendrás un trato especial conmigo y serás al que trataré de la peor manera. Eres un discípulo del Rey, espero más disciplina de tí. Tu fuerte es la magia, seré paciente para que te adaptes a mi forma de trabajo si decides venir conmigo pero, no esperes nada de mí.

Dokja se quedó pensando en esa espesa voz y colonia masculina, tan enganchado se había quedado que no notó cuando el imbécil de Yoo Junghyuk se fue para dejarlo ahí en medio de la nada.

Desde ahí se estaba planteando si ir contra la bestia o solo evitarla.

—Vamos a comer Oppa.

El brazo de Hayoung se enredo en el de Kim Dokja mientras ambos caminaban al comedor, Hayoung se encargaba de contarle cómo había mejorado día con día. Él intentaba ponerle su máxima atención, pero sentía una fea mirada clavándose en su nuca. No quería voltear.

—Vamos a nuestra mesa, seguro Sooyoung y Sangah ya están ahí— Él apresuró el paso.

—¡Sí! Ahí están— ambos llegaron a la mesa y se pusieron a comer.

A pesar de eso la mirada sobre la nuca de Dokja no se iba, se estaba volviendo incómodo. Reunió las fuerzas suficientes para poder mirar hacia atrás.

Ahí estaba su dolor de cabeza, Yoo Jonghyuk quién rara vez venía al comedor estaba sentado junto a su grupo hablando normalmente, eso sí, sin comer. Se decía que era especial con su comida, solo consumía la que preparaba, no otra.

Dokja, conociendo que era alguien maniático supo que ese rumor era cierto.

—¿Saben a dónde van a especializarse después de estos días?— preguntó Sangah de buen humor.

—Iré para el Arte de la espada— las chicas y Dokja se sorprendieron al saber la contestación de Hayoung.

—Woa, que genial Hayoung, espero de todo corazón que no mueras en el intento— soltó Sooyoung.