XXVIII

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-¡Kim Dokja!- todo era en vano, Sooyoung chasqueó la lengua molesta.

-No podemos hacer más- Kyrgios rechinó los dientes, no le gustaba para nada.

-Lo primero que debemos hacer es recuperar nuestra barrera, ve con Sangah y háganlo- Sooyoung asintió, pero antes de irse, tomó el brazo de Namwoon, llevándolo con ella.

-Lee Jihye, ven conmigo, debemos reorganizar a los soldados- Jonghyuk bajó la muralla con la chica temblorosa.

-¡Restablecí el contacto con los Reinos!- avisó Hayoung.

-Avisa de la situación- Hayoung asintió sumergiéndose en sus hechizos.

Dejando al Rey y Reina en un ambiente incómodo.

-¿Por qué no me lo dijiste?- a pesar de que su voz era calmada sus ojos ardían con ira.

Kyrgios no dijo nada por unos segundos.

-Por tu reacción- señaló hacia su esposa.

-Eres de verdad estúpido Kyrgios Rodgraim, tu sabías sobre los orígenes de Yoo Jonghyuk y lo tomaste bien ¿creías que sería diferente conmigo?- ella presionó.

-Es más fácil aceptar a un hombre de ancestros ladrones a... Aceptar de dónde viene Kim Dokja- susurró lo último cansado.

-Estaba huyendo, nunca mostró querer volver ahí y jamás nos traicionaría- aseguró Kyrgios acercándose a su esposa.

-Es irritable saber que la persona que amas te esconde esas cosas ¿qué más evitarás decirme? ¿Y si es uno de ellos?- ella se acercó a Kyrgios con un aura espeluznante.

-No lo es- aseguró con ojos serios, pero ella no lo creyó.

-Eso lo veré yo misma- señaló donde estaban- lo que hay debajo de esos guantes me hará saber si tengo razón o no- Kyrgios maldijo por lo bajo.

Esperaría que las cosas pasaran, por ahora.

~~~

Kim Dokja lanzó un hechizo para asegurarse de que esta conversación se mantuviera en secreto.

-¿Barrera espacial? Desde luego que eres bastante poderoso- Nirvana se movió de un lado al otro evaluando a Dokja.

-Lindos guantes. Quítatelos- ordenó esperando.

Dokja suspiró antes de quitar los guantes de sus manos.

-Lo sabía, eres bastante especial niño y ni siquiera lo sabes- Dokja no respondió nada a Nirvana.

Miró con bastante curiosidad las runas de Kim Dokja, eran muy diferentes de las propias.

Además, la extensión de estas marcas también eran muy diferentes.

-Estamos aquí para hablar de información, no de mis runas- Nirvana se alejó molesto cuando Dokja se puso los guantes de nuevo.

-Eres molesto, pero te necesito a pesar de todo- Nirvana escondió una mueca de disgusto.

-Tengo información útil, bastante útil para ti y tu gente- aseguró.

-¿Y?- Dokja se cruzó de brazos, aún no le creía totalmente.

-Sin embargo no puedo dártela, ya que si digo algo moriré en ese instante. Es una maldición que se impuso en mi alma- los ojos asustados de Dokja se abrieron.

-¿Maldición? Las maldiciones son un gran problema, pero no puedo ayudar. Jamás aprendí algo como eso. Están prohibidas en muchos Reinos- Dokja negó.

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