XXIV

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Pasaron algunos días para que Namwoon comenzara a practicar magia con Sooyoung. Ella no creyó las palabras de Dokja porque era Kim Namwoon, no lo tomaba en serio si era sincera.

Pero ahí estaba por petición de Dokja, esperando a Namwoon lanzar un hechizo o algo, comenzaba a desesperarse.

—¿Van a empezar o qué?— Sooyoung gritó, Namwoon y Dokja terminaron de hablar.

—Namwoon, un consejo— Dokja dijo antes de irse— no te contengas, ve con todo— le guiñó un ojo y se fue por completo.

Namwoon respiró hondo, Sooyoung no se veía nerviosa, más bien aburrida, esperando una flamita de parte del chico.

Gilyoung y Yoosung estaban bastante atentos y emocionados, habían visto un avance muy significativo en Kim Namwoon, así que estaban a la espera de un gran ataque.

Namwoon estiró una mano a Sooyoung, apuntó con el dedo índice y anular.

—¡Bang!— sonrió de manera siniestra.

Sooyoung no estaba en guardia y claro que no lo esperaba. En cuestión de microsegundos llamas enormes casi la queman, pero fue lo suficientemente rápida para levantar una barrera.

—¿¡Qué mierda fue eso!?— Sooyoung apenas deshizo la barrera para que otro ataque similar llegara a ella.

—¡No me subestimes mocoso!— Sooyoung levantó sus propias llamas negras, estas se encontraron con las de Namwoon, que eran de naranja brillante.

Ambos hechizos no dejaron de salir de las palmas de ambos, pero obviamente el primero en cansarse fue Namwoon, no estaba acostumbrado a ataques duraderos.

—¡Recuerda lo que hiciste para sostener mi hechizo Namwoon-ssi!— el grito de Yoosung no pasó desapercibido por Dokja, Namwoon sonrió triunfante cuando entendió.

—¡Oye! ¡Aléjate!— Sooyoung se preocupó, no espero a que Namwoon se adelantara con tal ataque, podría quemarse.

Pero fue tarde, sintió como si algo le fuera arrebatado, de repente sus llamas no fueron suyas, estas vinieron contra ella en un movimiento sorpresa y salió disparada hacia atrás para evitar quemarse.

Dokja abrió los ojos cuando la mínima pista dada por Yoosung fue entendida a plenitud por Namwoon. Había usado su propio maná para robar las llamas de Sooyoung, haciendo que ellas fueran contra Sooyoung, un gran movimiento si le preguntaban a él.

—¡Lo hice!— los niños fueron los primeros en ir y darle los cinco, había sido genial.

—¡Kim Namwoon!— Sooyoung salió del polvo con cara seria, había leves heridas en su rostro y su ropa humeaba un poco.

—¡Serás mi discípulo!— ella afirmó pronto.

—Eh, ¿sí?— estaba confundido pero feliz.

—Bien, después de comer entrenaremos, te daré un poco de teoría y luego lucharemos. Le pediré a Sangah que te cure, porque nuestros encuentros no serán bonitos— advirtió levantando un dedo hacia el entusiasmado chico.

—¡Y tú! ¿¡Qué le ensañaste al chico!? ¡No tiene que arriesgarse tanto! La seguridad es lo primero— ella se desesperó, no esperaba buenas lecciones de Kim Dokja.

—Solo fue lo básico— dijo él confundido.

Sooyoung negó fuertemente, algo elemental para un mago es su bienestar, siempre tener una barrera o protección ya que no tenían la suficiente fuerza, hasta ahora.

—Bueno chico, aprenderás mucho conmigo pero también tendrás que desaprender cosas. Además, tu cuerpo es muy bueno para resistir, eso no quiere decir que sea invencible— Sooyoung agarró los hombros de Namwoon bastante contenta.

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