XXV

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Capítulo 25.

“La Ouíja”

«Hacer frente»

Quedo estática en mí lugar. Han pasado aproximadamente treinta y seis minutos desde que tuve el valor para contarle a Vegeta lo que había sucedido.

Y en veintiocho minutos presencié la descarga de ira de su parte. Para nada se tomó bien la noticia.

Le vuelvo a dar un vistazo a la habitación por vigésima vez ; la bandeja de comida en el suelo, su contenido tirado y desperdiciado. La mesa de noche también se encontraba arrojado, algunas que otras almohadas, unos cuadros bonitos que decoraban el lugar también habían sido víctimas de su furia, incluso yo fui zarandeada al terminar de decirle lo de Paragus y de lo que había sido capaz de hacer Raditz.

Luego de esos veintiocho minutos se calmó, respiró fuerte y se quedó analizando la información. Por mi parte sólo pude quedarme en un rincón a observar todo, incapaz de decir siquiera un “pío” me había asustado su comportamiento.

Bueno, aún lo sigo estando.

—¿Dónde está mi primo?— Se vuelve a sentar en la cama, aún con la respiración ajetreada.

—No tengo idea.— respondo despacio después de unos segundos—, luego de que se enteró de la noticia, desapareció.— continuo con la vista puesta en su rostro, se encuentra desencajado, nervioso, procesando de lo que acababa de enterarse. ¿y quién no lo estaría estando en su lugar?

—Raditz...no sabes lo que te espera...— susurró en un hilo de voz que apenas y pude escuchar.—; Paragus...—pronunció su nombre con desprecio, rabia, odio.—, tú también recibirás tu castigo, enfermo mal nacido...los dos son unos miserables insectos de alcantarilla.

—Traeré algo para limpiar esto, ya vuelvo.— anuncio para salir de la habitación. Es mejor dejarlo solo, necesita pensar y relajarse y creo que es mejor darle su espacio.

{...}

Son Raditz:

Miro el teléfono fijo a mi lado, indeciso entre si debería de llamarlo o mejor dejarlo tranquilo, decido la primera opción. Pero antes de siquiera tomarlo, un ruido se escucha detrás de mí, haciéndome sobresaltar.

¿Qué diablos fue eso?

Me giro en mi silla giratoria sólo para ver en mi estante uno de los libros de leyes desacomodado. Extrañado me levanto para volverlo a encajar entre los otros libros. Doy un vistazo a la oficina para luego volverme a sentar en mi lugar.

Decido tomar el teléfono fijo y marco su número esperando a que conteste mi llamada, mientras sólo escucho el tono el la otra línea. Hasta que responde;

—Más te vale que sea importante, de lo contrario te cortaré las bolas.— Escucho su respiración algo ajetreada y no puedo evitar sonreír.

—Vaya, vaya, creo que te agarré ocupado ¿no?— río por segunda vez.

—Oh, sí, tú madre lo hace tan bien.— Mi sonrisa se borra de sopetón, que idiota.

—No hables de mí madre con tu sucia boca.— respondo molesto.

—¿Ya dime que mierda quieres?

—Debo hablar contigo, ¿cuando puedes desocuparte?

—¿No puedes decírmelo por aquí ahora?

—No.

—Bien, el martes, una y media de la tarde.

—¿El mismo bar de siempre?

—Sí.

—Bien.— corto la llamada, para dejar el teléfono a un lado. Fijo mi vista en la computadora para terminar algunos asuntos que aún tengo pendiente, mientras tecleo concentrado, escucho algo deslizándose en la madera de la mesa en la que estoy recostado y desvío mi mirada sólo para encontrarme una pequeña hoja de papel.

Una nota.

Inseguro vuelvo a recorrer la oficina con la mirada y veo todo perfectamente normal, todo en orden. Centro mí mirada en la pequeña nota que extrañamente apareció y sin más preámbulo la tomo.

Eres un maldito, y pagarás por eso.
tiempo llegó, Son Raditz,
Infeliz traidor.

¿Qué demonios significa esto?

Sin poder evitarlo la piel se me eriza. ¿es acaso una amenaza?
¿Quién demonios se atrevió a amenazarme?
Marco el número de la secretaria y espero a que responda.

—¿Sí dígame señor Raditz?

—¿Alguien dejo algo para mí?

—No, señor, nadie ha venido.

—¿Estás segura?

—Sí, señor.

—bien, cualquier cosa mantenme informado.

—muy bien, señor.— cuelgo la llamada. Vuelvo a releer la nota, estoy molesto. ¿De qué está hablando? ¿mi tiempo llegó? Hasta que descubro algo que me hace palidecer. La letra, ésta letra me es demasiado familiar ¿pero de dónde?

Una idea se me cruza por la mente e inmediatamente me levanto para buscar en unos gabinetes algunos documentos. Después de un desesperado rato encuentro lo que buscaba, abro la carpeta y veo en una hoja aquella firma y no puedo evitar comparar la ortografía, abro los ojos perplejo.

Es la misma maldita letra. La misma letra de Goku.

¿Qué mierda?

¿acaso alguien intenta asustarme  falsificando la firma de mi hermano?

Continuará.

!Después de mucho tiempo volví! Perdón si el capitulo es más corto
Pero no quería tardar más de la cuenta, bueno lo hice, me disculpo.

Pero aquí estáaaaa el capítulo, la venganza de Goku se acerca 😁

Bueno, nos leemos pronto. Los quiero corazones de azúcar❤

#Voten&comenten.




"La Ouíja"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora