XIII

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Capítulo 13.

“La  Ouíja.”

«Sin Palabras»

Con mucha precaución me acerco hasta aquella puerta Semi–abierta, y del cual desprendía un pesado e incómodo aura a su alrededor. Los nervios se apoderan de mi cuerpo hasta el punto de sentir las palpitaciones de mi corazón retumbando en mis oídos.

Comienzo a respirar con pesadez mientras camino en esa dirección. Y como si mi imaginación me odiara, en mi mente se fueron formulando imágenes de demonios o fantasmas horribles que se escondían detrás de esa puerta, para lograr asustarme más de lo que estoy y luego tomarme de los tobillos para arrastrarme con ellos hacia el infierno.

¡Malditas películas de terror! No era necesario hacerme pensar en esas cosas en éste momento.

Estoy a solo dos pasos para cruzar esa puerta. Pero instintivamente mis pies se detuvieron. dejándome a solo centímetros de la misma.

Mi mano se acercó hasta el pomo de la puerta. Estuve a punto de tomarla sino fuera por la voz de una chica que me sobresaltó.

—¿Señorita, que hace por aquí?—Volteo hacia ella respirando con dificultad, ya que me había asustado.—Aquí solo pueden pasar los trabajadores ejecutivos de la empresa.

La chica rubia me miraba con confusión.

—Disculpa, es que había tomado un pasillo para ir hacia los baños y al parecer me perdí.—Explico más calmada.

—Si ese es el caso, permitame mostrarle el camino hacia los baños.—Sugirió con una sonrisa amable.

A un lado de su blazer pude ver su placa.

—Te lo agradezco, Larissa.

Ella sonríe. Luego ambas empezamos a caminar devuelta hacia el elevador. Pero antes de entrar, le doy una última mirada a la puerta roja, que ahora se encontraba cerrada.

¡¡¿ESTÁ CERRADA?!! Pe–pero...Larissa no cerró la puerta...

Pensé alterada. ¿O Tal vez sea parte de mi paranoia? Ignoro la puerta pero aún sintiendo esa opresión en el pecho y con los nervios en mi cuerpo.

Estando adentro, decido romper el silencio que se había formado en el momento.

—Bueno, larissa,—Ella voltea a verme.—¿Cuál es tu puesto en ésta empresa?

—Soy la secretaria del jefe, señorita...

—Bulma, soy bulma brief. Un gusto.

Nos estrechamos las manos con una sonrisa.

—¿Cuanto tiempo llevas trabajando aquí? — Ella comienza a pensar, haciendo cálculos del tiempo exacto que lleva aquí.

"La Ouíja"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora