XIV

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Capítulo 14.

“La Ouíja”.

«Plática»

La primera vez que soñé con ese misterioso lugar. Comencé a cuestionarme el porqué había soñado con eso, después lo ignoré. Mi preocupación fue cuando lo volví a soñar, y ahí empecé a asociar mis escalofriantes sueños con la paranoia. Pensaba que solo me estaba volviendo loca debido a tantas películas de terror o eso era lo que creía.

Nadie me escuchaba, no me creían, excepto mi amiga y después mi hermana. Debido a las pesadillas y a la charla con Thights, mi preocupación aumentó aunque tratara de negarlo y me rehusé a un cien por ciento a tener cualquier contacto que tuviera que ver con aquella oscura sombra, sin tener idea de que poco a poco yo misma me conducía hasta él, volviendo todo lo que había experimentado en una premonición.

Desearía volver el tiempo atrás y negarle a milk el haber traído esa maldita tabla hasta acá. Tanto que me había negado para nada. Ahora ya no hay marcha atrás, no tengo más opción que ayudar a éste ente oscuro para poder librarme de él cuanto antes.

El despertador suena a un lado de la cama, anunciando las 7:00AM.
De mala gana me levanto de la cómoda y apago esa cosa ruidosa. Con pasos lentos me dirijo hacia el baño a tomar una ducha de agua fría.

Al salir, decido vestirme con una blusa blanca manga larga, jean de color azul corte alto, y unos botines negros.

Un suave maquillaje de día, y dejo mi cabello suelto. Tomo mis libretas y las acomodo en mi bolso para ir hacia la facultad de Psicología.

Bajo hasta la cocina para encontrarme a mamá terminando de servirle una taza de café a Thights y otra taza para papá. Cuando mamá nota mi presencia me obsequia una cálida sonrisa.

—Cariño, buenos días.—Me acerco hasta ella para plantarle un dulce beso en la mejilla y un fuerte abrazo.

—Buenos días mamá—miro como sirve huevos revueltos en un plato y sonrío.—.Huele delicioso.

Me extiende el plato con algunas tostadas y encantada lo recibo. Antes de sentarme en la mesa, le planto un beso a papá y otro a Thights junto con un fuerte abrazo, para finalmente sentarme a degustar del desayuno.

—¿Jugo, hija?— pregunta mi mamá señalando el jugo de naranja.

—Claro.—Ella se acerca y me entrega un vaso lleno de jugo.

Miro a papá y le pregunto.

—¿Papá, qué es lo que harás hoy?— Él me mira con una sonrisa.

—¿Recuerdas el experimento de mi laboratorio?—Asiento.—Bueno hoy me dedicaré a realizar algunas fórmulas, después me guiaré de las mismas para convertirlas en una o varias mezclas y probarlas en ese experimento para ver como reacciona...¿Por qué la pregunta?

—pensé que me llevarías hacia la facultad, pero si es así, entonces puedo ir en mi moto.

—Lo siento, hija, tal vez para la próxima.—Dice con tristeza.

Me levanto de mi puesto y me dirijo hasta él, para besarle la frente y darle un muy fuerte abrazo. Él me sonríe y besa mi mejilla.

"La Ouíja"©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora