— Puf, puf, puf.
Mis pulmones no aguantan más, mis piernas piden con desesperación que deje de correr, pero no puedo.
Aunque el sol esté en su punto máximo, no puedo detenerne.
Quedan menos de un minuto de juego, nuestro equipo de soccer va perdiendo 2 a 1.
Yo...yo...debo anotar.
Tiro de esquina a nuestro favor.
Esta será la última jugada del partido.
Todos estamos en el área, incluso el portero de nuestro equipo está aquí con tal de anotar.
Mientras que el lanzador toma su posición, me doy el tiempo de escuchar como el público vitorea a nuestro equipo de la Escuela Asahi.
Debemos marcar a de lugar si es que queremos avanzar a la siguiente ronda, una derrota nos significaría que debemos disputar el torneo el próximo año.
¡No puedo dejar que eso pase!
El sudor cae por mi frente.
Ante la marca del defensa no me queda nada más opción que respirar y recuperar energias.
Suena el silbato.
El lanzador patea el balón por los aires.
Creo que puedo hacerlo...
...es mi oportunidad.
Doy un salto gigante con todas mis fuerzas, el defensa logra saltar, pero no puede detenerme.
El balon se dirige hacía mi cabeza.
Con un movimiento de derecha a izquierda, logro conectar el balón con mi frente.
Siento como todo fluye lentamente.
El balón realiza un movimiento recto.
El portero observa la acción sin poder moverse.
Este es mi momento, lo lograré.
Pero...
El balón se eleva sutilmente y golpea el travesaño.
El sonido del impacto con ese metal de posición horizontal retumba en todo el lugar.
Ese sonido que me indica que el fín de mis esperanzas se terminaron.
Caigo con la planta de mis pies al suelo, sin embargo no logro estabilizarme y caigo de espaldas mientras todo parece retomar su velocidad normal.
El balón se va del campo de juego, y el árbitro no duda en pitar el final de este encuentro.
Estoy recostado, sin ganas de levantarme, mientras que los jugadores del equipo rival celebran su merecida victoria.
Cubro mis ojos con mis manos para evitar que me vean llorar.
Estuve tan cerca y todo se derrumbó como un castillo de naipes.
Siento un fuerte dolor en mi pecho.
Todo se acabó.
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— Vamos (Y/N), debes recuperarte. Tendremos la oportunidad de clasificar el año que viene. ¡Ánimo! — Matsuda, mi buen amigo, defensor central de cabello negro y de gran estatura intenta consolarme.
— No puedo, sabes que deseaba esto más que nadie, tuve la oportunidad de anotar, pero el destino no quería vernos en las próximas rondas — Comento mientras ordeno mis pertenencias para marcharme.
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One Shots (Personajes x Reader)
FanfictionLibro donde iré escribiendo historias de personajes ficticios o no ficticios x Lector/Lectora/ Reader.