Ha pasado tiempo desde que me fui de la Isla de los Perdidos, todos en ese lugar creímos que nadie podría salir de allí sin que los reyes de Auradon usaran sus poderes para romper la barrera que nos impedía conocer el mundo exterior.
Por suerte, yo tuve la fortuna de hacerlo.
Mi escape fue más sencillo de lo que imaginé, no se podría esperar nada más de (Y/N) hija de Morrigan, Reina de la oscuridad.
Mi madre fue una guerrera que luchó contra reinos generando el pánico entre la población y ganándose el respeto de todos sus adversarios.
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Como hija y princesa de la oscuridad, es mi deber de continuar su legado y por ello ya es hora de que cumpla con mi destino.
Mi madre antes de ser atrapada por los reyes guardó una pocima que convertiría en cuervo a cualquiera a quien la bebiera.
Ella lo guardó todos estos años para entregarme la pocima y así yo pudiera escapar.
Jamás olvidaré sus palabras:
— Hija mía, este es el inicio de nuestro plan. Atacarás Auradon, y me entregarás la varita de la Hada Madrina para romper el hechizo y salir de aquí, no te diré cuando atacar, tus instintos te guiarán y sabrás cuando ya sea el momento adecuado de cumplir con tu deber como mi hija.
Después de oír sus palabras, bebí la pocima y volé hacía tierras lejanas hasta que ese día llegara.
Han pasado 3 años desde entonces.
Actualmente vivo entre las montañas de una localidad llamada Kerry.
A veces me pregunto si alguien de la Isla habrá notado mi ausencia todo este tiempo. No era una chica muy popular, más bien era un estorbo para los demás.
Tal vez estoy mejor estando lejos de casa.
Últimamente he tenido algunas visiones relacionadas con lo que parece ser Auradon, he visto dos chicos y dos chicas recorriendo ese lugar.
Creo que es una señal para viajar y cumplir con los deseos de mi madre.
Inmediatamente, me transformo en un cuervo y emprendo un largo viaje hacía el Reino de Auradon.
