𝟏𝟎. 𝐒𝐎 𝐈 𝐖𝐎𝐍'𝐓 𝐒𝐀𝐘 𝐀𝐍𝐘𝐓𝐇𝐈𝐍𝐆 𝐀𝐓 𝐀𝐋𝐋.

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Luego de ciertos minutos que parecían no tener fin, Lisa y Jennie salieron del armario, con labios delatores

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Luego de ciertos minutos que parecían no tener fin, Lisa y Jennie salieron del armario, con labios delatores.

Y tal vez el claro chupón que sobresalía del cuello de la sudadera que vestía la castaña.

—Uh, la, la. ¿Les gustó su luna de miel en Francia?—Vociferó con humor la anfitriona, mientras se levantaba a servirse otro vaso de jugo de naranja. ¿Y por qué no? Tal vez un poco de Ginebra en el mismo.

Restableciéndose en el círculo, la miembro restante miró el tenso ambiente que había, dándose cuenta de que romperlo sería lo mejor. Rosé veía fijamente algún punto de la sala, queriendo evitar a toda costa mirar a la pareja frente suya. Era incómodo, porque entendía perfectamente a qué iba todo eso del juego y sabe de igual manera qué pasó allí adentro.

No la malinterpreten, está en etapa de superación. No cree ponerse a llorar de nuevo por el mismo tema pero eso no quita que de igual manera se sienta incómoda, porque la tensión se podía cortar con una tijera para niños.

Suspiró.

—Bueno, bueno. Demasiado silencio, pongan al menos algo de música.—La pelinegra mayor dejó la propuesta en el aire, viendo como Lisa alcanzaba el control del televisor inteligente y colocaba la plataforma para buscar alguna canción.

Segundos más tarde, la voz de Dua Lipa entonando Hotter Than Hell retumbó en los parlantes.

Los dedos de Jisoo removieron los papeles cerrando los ojos, tomando dos y exponiéndolos en la palma de su mano.

Morado y Rojo.

Esto se veía intrigante.

— Ey, Kim.— Nombró a la susodicha.— Al armario.—Terminó, levantando los papeles para que Jennie pudiera mirarlos y sonriendo los soltó en el aire, viendo como estos hacían un recorrido hasta aterrizar suavemente en el suelo, cuando los ojos de la castaña casi vuelan de sus cuencas.

Pasaron al vestidor gigante y se sentaron una frente a la otra con la gracia de una gacela, ojos bajo cejas definidas se observaban en una batalla fría y silenciosa, aguardando a que la menos poderosa desistiera. Ambas eran orgullosas, y estaban al tanto de ello. Sus miradas simplemente se juzgaban, queriendo sacar en cara varias palabras que no podían.

Aún sosteniendo la mirada, Jisoo se levantó de su lugar, hasta lograr que la neozelandesa elevara su vista para enfocarla.

Decidió aceptarlo, el implícito beso que venía en su camino; de todas maneras, estaban en ese armario para mordisquearle los labios a la otra, ¿O no?

Los labios de Jisoo sabían a naranja y alcohol,  junto a algo dulce que se pegaba en su paladar al cruzar sus lenguas una y otra vez en un bucle intenso y meramente carnal. Los muslos de la mayor se adhirieron a su regazo, permitiendo mayor estabilidad y sensación cuando las manos elegantes se enredaron en su cabello que aún guardaba hebras húmedas.

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⏰ Última actualización: Apr 19, 2021 ⏰

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