𝟑. 𝐆𝐎𝐔𝐃𝐀 𝐂𝐇𝐄𝐄𝐒𝐄 𝐏𝐀𝐍𝐈𝐍𝐈𝐒.

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Si tan solo no hubiese bebido como 3 vasos grandes de té en el desayuno, no se encontraría como gallina sin cabeza por los corredores

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Si tan solo no hubiese bebido como 3 vasos grandes de té en el desayuno, no se encontraría como gallina sin cabeza por los corredores.

La chica de cabello color lila veía una y otra vez su horario, intentando comprender por qué el profesor del salón 56 le negó la entrada, excusándose con que no se encontraba en la lista de asistencia.

Pura porquería.

¡Rosé debía estar en esa lista! ¿Por qué la señora de la administración le dio aquellas indicaciones entonces?

Estaba angustiada, la clase comenzaría a las 8:45 de la mañana y faltaban casi 15 minutos. No quería perderse la clase, y aún no sabía dónde estaba Jennie.

Podría enviarle un mensaje... pero ahí se irían los últimos 15 minutos.

Su última esperanza en aquel inmenso recinto era una chica que llevaba varios libros y cajas apiladas, tantas que bloqueaban un poco su rostro.

"¿Debería preguntarle? Se ve algo ocupada. No, si no lo hago perderé la clase... Pero se ven pesadas, no quisiera molestarla."

Pensó, pero luego recordó que no tenía nada que perder, excepto algo de su casi inexistente dignidad.

—¡Oye, disculpa!—Exclamó con el estómago revuelto en nerviosismo, esperando que fuese suficiente para llamar la atención de la otra figura femenina.

Al parecer lo había logrado, pues la pelinegra inclinó su cabeza a un lado con una expresión de seriedad e intelecto en su cara.

Rosé reconoció aquel rostro. Era la chica "peligrosamente volátil" de la que habló el tal Hoseok. La del encantador perfil.

—¿Si? ¿Qué es lo que necesitas?—Contestó, y Rosé no puede evitar dirigir la mirada a la manera que la mandíbula se tensa y una ceja se arquea muy, muy sutilmente. Le hace encogerse un poco, pero se recompone al instante.

—E-eh, me perdí un poco y no encuentro el salón donde están dando la clase de Lenguaje y Comunicación de las 8:45. ¿Serías tan amable de indicarme dónde está? Mi horario dice salón 56, pero ahí no está mi amiga y el profesor me sacó a patadas porque no estaba en la lista.—Demonios, había hablado de más, ¿Por qué siempre hacía eso?

Rebatiendo toda reacción que Rosé esperaba, la chica alargó sus labios en una sonrisa de medio lado, mientras asentía.

—Claro, déjame llevar estas cosas al salón de Audiovisuales.—Señaló un salón a unos 20 pasos de ellas.—Yo también voy a esa clase, de hecho.

—¿Necesitas alguna mano? Esas cajas se ven pesadas.—Ofreció la de sangre extranjera.

—No me vendría nada mal, si te soy sincera.

LOVE WILL TEAR US APART.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora