¿Alguna vez han experimentado lo que es estar enamorado de una persona y tener que actuar como si no importara?
¿Saber tus sentimientos y que tu mente les de significados día y noche pero aún así, tus labios no los vuelven reales y tu cuerpo no los...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoy era un gran día. Luego de tantos años esmerándose en el colegio y la preparatoria... Rosé por fin entraría a la Universidad de Artes y Cultura Bankcheang a sus 21 años.
Sin embargo, sus oídos captan un ruido desagradable, y estaba irritada al desconocer el origen del pitido. Hasta que en una de las tantas vueltas sobre su cama, recordó la alarma.
Cerró los ojos fuertemente mientras los frotaba.—Ay no... llegaré tarde en mi primer día de universidad.—Murmuraba caminando hasta al armario para tomar el uniforme y vestirse con la mayor rapidez que su cuerpo somnoliento le permitía.—Por suerte me duché anoche.—Suspiró medio trotando hasta el baño para cepillar sus dientes.
El plan de Rosie era simple, ir a la cocina, agarrar una rebanada de pan o lo que sea que fuese comestible y largarse de alguna manera a la universidad que quedaba a 20 minutos en auto.
Porque para su suerte, no sabía manejar un auto.
Sin embargo, lo que no esperaba al llegar al primer piso era a su madre y Jennie Kim comiendo tostadas francesas mientras bebían café y reían con ganas.
Al hacer acto de presencia, ambas mujeres que estaban sentadas en el mesón de caoba, miraron en su dirección, pero la de cabello lavanda sólo podía pensar en lo mucho que extrañaba a su mejor amiga.
—¡Kim Jennie!—Exclamó, sin darle mucha importancia al hecho de que iba a llegar tarde en su primer día, estaba feliz de ver a la mayor.
A Jennie se le iluminaron los ojos, y por supuesto, corrió hasta la entrada de la cocina para abrazarla muy fuerte.
Dieron vueltas mientras reían, pero de pronto, Rosé nuevamente tenía la mirada calculadora en sus ojos (que no hacía más que enternecer su rostro).
—Nini, soy consciente de que no nos vemos desde el sábado y eso es muchísimo tiempo para nosotras, te extraño y te adoro, pero deberemos irnos ahora. ¡Estamos perdiéndonos la bienvenida! ¿Cómo sabremos que clases nos corresponden?—Decía, dando vueltas de un lado a otro y moviendo los brazos en el aire.—¡O peor! ¡¿Y si nos expulsan?!—
Rosé era un caso perdido, todo ese intelecto y aun así era tan ingenua como un patito bebé.
—Rosie, relájate, cariño. Estamos a dos horas de la bienvenida, son las 7 en punto. La ceremonia comienza a las... 9:00 A.M—Afirmó Kim al observar su reloj mientras la aludida la veía atónita, todo este tiempo se confundió de alarmas, ¡Casi se iba sin desayunar!—Ahora... hablemos de chismes sanos con tu adorable madre y comamos tostadas francesas ¿Hmmh?
La menor simplemente asintió, tomando asiento al lado su amiga luego de saludar a la mujer que le dio la vida con un beso en la mejilla.
—¿Sabían que su universidad está aceptando estudiantes de intercambio? Es una buena referencia para sus currículos.—Comentó la señora Park tras de beber un largo trago de café.
