-Val....
Acaso ¿estaba soñando o tal vez había escuchado mal? De este sueño no quería despertar, hace tan solo unas horas sentía que había perdido al amor de su vida, cuando fue a ver al abogado, que por cierto era abogado de la familia Carvajal.
La miró esperando que Valentina dijera algo más, no entendía que es lo que estaba ocurriendo.
-Hay algo en mi... que no quiere que me dejes ir, hay una voz que me dice que lo intente, que va a funcionar, y quiero aferrarme a esa voz, por ti, por mí, por nosotras... juntas, en la tarde que te llamé, solo quería escuchar que habías tenido trabajo, o algo que me dijera que no habías ido a ver al abogado, tus palabras se repiten una y otra vez en mi mente, y no quiero eso, no quiero esperar a otra vida, ¿para qué esperar si puedo ser feliz en esta vida?
Valentina hablaba rápidamente, era un hábito que tenía cuando estaba nerviosa.
-Puedes ser feliz conmigo o sin mí, Val.
-Lo sé, pero... Siento que contigo, la felicidad es de colores, como un arcoíris, y a todos nos gustan los arcoíris.
Juliana sonrió al escucharla.
-Tu eres mi arcoíris, Val.
-Quisiera nunca haber perdido la memoria, Juls.
-Créeme, quisiera lo mismo, pero hay cosas que no podemos cambiar, me da miedo que llegues a cambiar de parecer.
-También me da miedo.
Quería que funcionara, si no lo hacía, lastimaría a Juliana y eso no se lo perdonaría.
Juliana miraba el cielo, ¿el universo estaba a su favor?
-Supongo que eso lo veremos sobre la marcha, no pienses en eso ahora.
-Está bien.
- ¡Uy, morra!, mueres de sueño ¿cierto? - preguntó Juliana al ver el bostezo de Valentina.
-Un poco, la verdad.
¿Sería demasiado pronto para pedirle a Juliana regresar a casa?
- ¿Te quieres quedar a dormir? Es muy tarde para que regreses o regresemos al departamento.
- ¿Puedo?
Era increíble la manera en que Valentina la mataba de ternura con tan solo una pregunta, y no olvidemos el puchero.
-Si, morra, puedes quedarte en mi habitación, y yo puedo ir a dormir con mi mamá.
Pasitos de bebé, Juliana, pasitos de bebé.
- ¿Segura?
-Si, ven, te mostraré.
-Oye...
- ¿Si?
- ¿Puedes dormir conmigo? Es que... no sé, para que tu mamá no se dé cuenta, y no la despiertes, y... y después que va a decir...
Valentina estaba nerviosa, miraba el rostro de Juliana, quien la veía con una sonrisa y también con evidencia de aguantarse la risa, la verdad es que la castaña era muy divertida nerviosa.
-Tranquila, Val, vamos a dormir, pero con la condición de que ninguna se quedará toda la noche despierta, ni yo hablándote, ni tu escuchándome, ¿de acuerdo?
-De acuerdo, Juls- respondió Valentina con una sonrisa.
....
-Imagino que no trajiste nada para dormir, ¿cierto?

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Tu memoria en mi piel
Romance¿Cuánto puede cambiar la vida que conoces después de un accidente?