- ¿Recuerdas que te dije que no estabas pasando por un buen momento? - preguntó Juliana, ¿Dónde estaba un instructivo que le dijera exactamente cómo decir las cosas de la manera adecuada? Si había lo necesitaba urgentemente.
-Si.
-Val... discúlpame si no sé decir las cosas de la manera correcta, por favor escúchame hasta que termine.
- ¿Es grave?
-Es fuerte... hay una razón por la que me asuste cuando me pediste que llamara a tu papá...- explicó Juliana tomando la mano de Valentina, quien la miró sorprendida pero no hizo intento de quitar la mano de la morena, algo le decía que confiara en ella.... Por favor que esto salga lo mejor posible, rogaba Juliana a la vida.
-Sigue...
-Como te acabo de decir, te conocí hace cinco años, yo... yo no conocí a tu papá Val.
- ¿Qu... ¿De qué hablas?
-Val... tu papá... tu papá falleció un año antes de conocernos... él sufrió un accidente automovilístico, y no hubo nada que se pudiera hacer...
Fue como si el mundo se hubiera detenido, solo podía sentir como su ritmo cardíaco aumentaba, y al mismo tiempo sentir como el aire se escapaba de su cuerpo, como si hubiera recibido varios golpes en el estómago, impidiéndole respirar, quiso apretar la mano de la morena pero la fuerza no llegaba, era una broma ¿cierto? La vida no podía ser tan injusta, primero le habían quitado a su mamá, y ahora le quitaba a su papá.
-No...- respondió Valentina con la voz en un hilo.
-Val...
-Mi papá... no puede estar... no puede estar eso que dices- no podía ni siquiera pronunciar la palabra, le parecía algo irreal.
-No te miento Val, ojala fuese todo mentira, lo último que quiero es que tu sufras.
-No... no... pero... hablamos hace poco... tenia mucho trabajo, pero iríamos a cenar- Valentina se negaba a creerlo, su papá era una persona sana, fuerte, ¿y ahora no estaba?
-Val... eso fue hace muchos años.
-No, no digas eso, por favor... no lo digas... por favor no lo digas- la detuvo la castaña, no quería que siguiera hablando, no quería que se hiciera real.
-Ven... tranquila morrita, todo estará bien, te lo prometo, llora, sé que es difícil, aquí estoy ¿sí? - preguntó Juliana levantándose rápidamente de la silla y rodeándola con sus brazos, aun cuando no supiera que es su esposa, su deber era protegerla.
- ¿Por qué?
-No lo sé Val, sé cuanto quisiste y quieres a tu papá, y lamento mucho que tengas que vivir esto de nuevo.
Sabía que en cualquier momento su castaña se quebraría, era cuestión de minutos, necesitaba procesar la noticia, y aún estaba en shock... daría su vida entera si eso le aseguraba que ella sería feliz, negociaría con todo aquel que estuviera dispuesto a garantizar la paz y bienestar de Valentina.
De eso se trata el amor ¿no? De querer siempre la felicidad de esa persona, de que cuando la veas sonreír sepas que el mundo vale la pena porque ella está en él, y saber qué harías cualquier cosa por ver esa sonrisa por mucho tiempo, cada día, por toda la vida.
-Papá...
Y se quebró... trató de gritar aunque la voz no logró salir de su garganta, lagrimas caían de su rostro, y no hizo ningún intento por limpiarlas, quiso golpear algo, y segundos después como si la morena supiera sus intenciones, había una almohada enfrente de ella, eso sí, en ningún momento la soltó, la sostuvo cuando su cuerpo no pudo hacerlo más, la sostuvo incluso cuando sus nervios fueron más fuertes que ella y no hubo más remedio que sedarla, no la dejo aunque se lo pidieron, estuvo acariciando su cabello, hasta que sintió como se quedó dormida, y después de eso, también se quedó, quería que la viera al volver a despertar, que se diera cuenta de que ella siempre la sostendría.
Pasaron algunas horas para que Valentina despertara, incluso Lupe había entrado y le había dicho a Juliana que lo mejor era no llamar aun a la hermana de Valentina, aún tenía muchas cosas que revelarle.
-Dormiste un buen rato morrita- informó Juliana al ver como Valentina la miraba.
- ¿Sufrió?
- ¿Ah? - preguntó Juliana confundida.
-Mi papá... ¿sufrió? - preguntó Valentina, causando que Juliana volviera a sentir como se rompía su corazón al escuchar la voz rota de su esposa.
-No Val... se fue tranquilo, fue instantáneo.
- ¿Lo prometes?
-Lo prometo morrita, tú me lo dijiste... ¿y sabes que también me dijiste? - preguntó Juliana tratando de amortiguar el sufrimiento de Valentina.
- ¿Qué?
-Que tenías dos grandes ángeles cuidándote, y que aunque no estuvieran físicamente, tú siempre los tendrás en tu corazón, por lo que nunca se irían completamente... y yo lo creo Val... ellos te protegieron en este accidente... así que siempre están contigo... en ese corazón tan grande que tienes- respondió Juliana mientras que a la castaña se le llenaban los ojos de lágrimas otra vez, y no por tristeza, sino por las palabras de la morena, eso podía ser verdad, siempre los tendría presente en su corazón.
- ¿Lo crees?
-Lo creo Val.
-Tendré tiempo para asimilarlo, cuéntame otra cosa por favor, no quiero pensar en esto, si lo hago me quebraré y no me recuperare- rogó Valentina tratando de huir del tema, ya nada podía ser peor ¿no?
-Te conocí en un parque, yo acababa de llegar al país, y te vi, por alguna razón me acerque a ti y te pregunté si estabas bien, debo reconocer que fue una pregunta bastante tonta, era obvio que no estabas bien, no sabía cómo acercarme a ti sin que pensaras que te iba a asaltar o algo así, aunque por un segundo si lo creíste, aunque creo que eso fue mi culpa... perdón me estoy desviando del tema, de cualquier forma, empezamos a platicar un poco.
-Oye... espera... dime tu nombre... tu sabes mucho de mí, pero yo no recuerdo saber nada de ti, ¿Cómo te llamas eh?
-Juliana, Juliana Valdés de Ca... Mmmm, solo Juliana.
-Lo dudaste por un segundo eh- respondió Valentina.
-No como crees, bueno ahora ya sabes mi nombre- dijo Juliana dándose un golpe mentalmente, casi lo arruina.
- ¿Te puedo decir Juls?... digo, somos amigas, se puede usar un diminutivo ¿no?
-De hecho así me dices- respondió Juliana con una sonrisa, había cosas que no cambiaban.
-Perfecto Juls, sígueme contando.
-Bueno nos volvimos inseparables, estábamos todo el tiempo juntas... y un año después...
-Wait...- interrumpió Valentina mirándose las manos nerviosamente.
- ¿Qué? ¿Qué pasa?
- ¿Dónde está mi anillo?
-Ah, aquí lo tengo me lo puse para que no se perdiera, toma- respondió Juliana sin darse cuenta de lo que preguntaba Valentina, pero tampoco la castaña se había dado cuenta que el otro anillo que estaba en la mano de Juliana era igual al de ella.
-Ese no es mi anillo... eso es un anillo de matrimonio, y el mío es de compromiso... Wait... Wait... ¿me casé? - preguntó Valentina formando una pequeña sonrisa, a lo mejor no todo era malo.
-S... Si... te casaste...
- ¡Oh Dios! Creí que viviría un compromiso eterno- habló Valentina, mientras Juliana cerraba los ojos, no le gustaba nada hacia donde iba la conversación.
-Espera Valentina...
-Cuéntame... ¿Cuánto tiempo me hizo esperar Charles? ¿Dónde está eh?
- ¿Charles?
Habrá capítulo doble, en unas horas subo el otro, muchas gracias por leer esta historia

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Tu memoria en mi piel
Romance¿Cuánto puede cambiar la vida que conoces después de un accidente?