Le tomó solo diez minutos después de la partida de Juliana, aceptar que la extrañaba.
Y se fue a dormir, con un evidente puchero en su rostro, aun cuando nadie podía verla.
Una hora dando vueltas en la cama... una hora más con los ojos fuertemente cerrados... después de un rato su rostro se relajó... por fin se había dormido.
Pero solo consiguió una hora de sueño, se despertó extrañando las palabras de su esposa...
....
Días después.Había hablado con Juliana dos veces, terminaban la llamada rápidamente, ninguna se creía sus palabras, las dos aparentaban estar bien.
Tanto Juliana como Valentina se refugiaban en sus respectivos trabajos, pero eso no estaba funcionando.
-Valentina...- Lucia la había estado llamando por los últimos tres minutos, pero su cuñada seguía perdida en sus pensamientos.
- ¿Si?
- ¡Vaya! Por fin regresaste de Marte, ¿Qué pasa, Vale?
-Nada, estaba pensando.
Y sus pensamientos se reducían a un solo nombre, Juliana.
- ¿En Juliana?
- ¿Hablaste con ella?
Lucía la miró con una sonrisa.
-No, Vale, pero llevas días así, es obvio que se trata de ella.
- ¿Cómo éramos ella y yo?
Alguien tenia que darle algunos datos, algo en ella le decía que le faltaba algo, claro, su memoria, pero... había algo más, todas las alarmas tenían el nombre de la morena...
-Vale, creo que eso lo deberías hablar con Juliana, no conmigo, lo que te puedo decir, es que ustedes se amaban muchísimo.
-No, Lu, cuéntame tu, si le pregunto a Juliana, solo la lastimaré al no recordar nada de lo que me platique, no es justo.
-Sabes... a veces platicaba con Eva, llegábamos a la misma conclusión.
- ¿Cuál?
-Nuestras palabras eran, "Si existiera un escenario donde mostraran cómo se vería la felicidad, Valentina y Juliana solo tendrían que mirarse a los ojos".
- ¿Tanto así?
Ahora tenia un desolador sentimiento de anhelo.
-Juliana te veía, mas bien, Juliana te ve como si tu hubieras puesto las estrellas en el cielo, Vale, y tu la mirabas de la misma manera.
- ¿Qué debo hacer, Lucía?
-No se trata de lo que debas hacer, se trata de lo que quieras hacer, Valentina.
-En este momento no tengo idea de lo que quiero hacer, tengo un par de opciones, y siento que en ese par, haré sufrir a Juliana, lo que terminará lastimándome a mí.
-Creo que al final, harás lo que sea mejor para las dos, estén juntas o no, pero debes ser sincera contigo, eso te llevará a ser sincera con ella.
-Gracias, Lucía.
-Te dejo, iré a comer con tu hermana, ¿quieres ir?
-No, intentaré avanzar con todo lo que no he hecho estos días, gracias por la invitación... y por hablar conmigo.
-Ni lo menciones, un gusto siempre, hasta más al rato, Vale... por cierto, aprovecha y vete temprano a casa, Eva solicitó una junta, así que muy probablemente mañana salgamos muy tarde.

ESTÁS LEYENDO
Tu memoria en mi piel
Roman d'amour¿Cuánto puede cambiar la vida que conoces después de un accidente?