Habían pasado semanas desde que Juliana regresó al departamento con Valentina, y aunque la memoria de la castaña no había regresado, lo que sí tenían de vuelta era la felicidad que sentían al estar juntas, ¿Cómo le llamarían? ¿Un matrimonio? ¿Una amistad? O tal solo eran Juliana y Valentina... y así estaba bien.
Se esforzaban cada día... platicaban, Juliana le decía cada detalle de su relación, a veces tenían gestos románticos, sin hacerlos incómodos, estaban tranquilas, se sentían bien juntas.
-Buenos días.
-Buenos días, guapa.
- ¿Cómo estás?
-Sin memoria, pero feliz de estar a tu lado.
Eran esas frases que sabía que harían felices a Juliana, y no lo decía solo por decirlas, realmente lo sentía, ella conseguía que creyera.
Juliana sintió como su sonrisa crecía, también sintió ponerse roja al instante.
-Me haces feliz, morrita.
Dejó un suave beso en la mejilla de Valentina, sintiendo su sonrisa cómplice.
-Oye Juls, en un par de semanas será el aniversario de mi hermana y Lucia, no puedes hacer ningún plan, ¿ok?
- ¿En un par de semanas?
Juliana se rascó el cuello con nerviosismo, mientras que Valentina la miraba con una ceja levantada.
-Juls... ya te había dicho.
- ¿Tengo que ir?
-Juliana...
-Es que...
- ¿La señorita tiene algún compromiso?
-Tengo una pregunta... antes de que me mates.
Definitivamente la iba a matar si no la acompañaba.
-Dime- dijo Valentina con paciencia.
-Dos cosas... la primera... esa fecha está apartada en mi calendario desde siempre... tu hermana me mata si no asistimos... pero me gusta hacerte enojar- dijo Juliana con una sonrisa al ver como Valentina ponía los ojos en blanco.
-Te mataré, Juliana... ¿y la segunda?
- ¿Qué color quieres que sea tu vestuario?
- ¿Tu lo harás?
-Claro... digo... si quieres, es que siempre lo hago... pero... digo... si prefieres, puedes comprarlo en otro lado... no me ofendo lo prometo....
-Juls... no... digo, claro que quiero que lo hagas tú, muchas gracias.
Juliana la mataba de ternura.
- ¿Si? Elige el color entonces.
-Bueno, ya que me conoces tanto, te lo dejo a tu elección.
- ¿Segura?
-Por supuesto, sé que me encantará.
La sonrisa de Juliana era todo lo que estaba bien en el mundo.
-Excelente, te encantará, lo prometo, Val.
Juliana abrazó a Valentina y después salió rápidamente de la cama, mientras la castaña la miraba divertida.
- ¡Ey, ey! ¿A dónde vas?
-Voy a hacer el desayuno, corre o se te hará tarde.
- ¿No podemos abrazarnos y dormir un ratito más?

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Tu memoria en mi piel
Romance¿Cuánto puede cambiar la vida que conoces después de un accidente?