-Quiero que seas mi sol, entre todos mis mundos- Afirmó tanto como sus ojos emanaba un río sin cause.
-Solo puedo ser una semilla en tu vida- Respondí.
Hace unos meses te abracé, tanto como te necesitaba.
Incluso escape de mi ciudad para hacer realidad nuestro sueño.
Eres el primer amor en esta historia. Pero no puedo decir que el último de los amores.Acercate a mi ventana, puede que encuentres el jardín que deseas.
Mientras sueñas, el mundo parece florecer con todos los colores que se encuentran sobre una obra de arte.Toma mi mano, y comienza a acariciarla como si fueran rosas de verano.
Había esperado tanto por este momento.
Incluso lo volviste perfecto.
Tengo tantas cosas que mostrarte, así que enciende el corazón como un motor.Estoy tan roto, que me siento tan frágil como un pétalo, incluso pudistes sentir aquellas espinas dibujadas sobre mi piel. Y eso te aterrorizó.
Todo el tiempo hemos buscado rosas y canciones las cuales pueden resumir nuestra historia. Pero hemos hecho un jardín en un buen sito.Me diste tu brisa y tu dulzura ese mismo día, las personas bailaban mientras nosotros soñábamos con el futuro. Ese era el plan.
Me gusta encontrarte en la primavera, porque veo en tus ojos los colores del amor. No puedo decir que solo eso, pues por tus venas corre la naturaleza salvaje justo como deslizas tus manos sobre mi rostro.Floreces para el mundo.
Floreces para ti
y ahora, lo haces para mí.
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Cuando Un Eclipse Te Alcanza
PoesíaEste no es un libro. Estas son palabras en forma de estrellas fugaces. Porque a veces para escribir hay que tener roto el corazón, y eso implica ver más allá de lo que otras personas temen a ver y sentir, o el simple hecho de volver a ser tu mismo/a...