Cierto día de octubre me vestí para salir a la lluvia, mirar el cielo y las personas.
Esta podría ser una historia de un chico que estaba enamorado de la luna y por más que hiciera no podría llegar a ella. Pues era solo ilusión. Eran de distintos mundos. Pero aún así se aventuró.Tomó una guitarra, una hoja y una pluma, y escribió en verso sobre el amor. Lo difícil y lo fácil que era.
Pero hubo un mensaje que lo hizo que saliera de aquellas cuatro paredes blancas, y lo hizo. Se aventuró a vivir.
Estaba sobre las calles de aquella enorme ciudad, le aterraba, lo hacía sentir diminuto. Ahora podía entender de lo que todos hablaban, cantaban y suspiraban.
No todo fue así, porque en punto de las 10, daría un giro inesperado. A lo que se titularía el fin.Le conté a mi amiga acerca de la historia, le pareció divertida, única y oculta.
Era la mía, era mi historia.
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Cuando Un Eclipse Te Alcanza
PoesíaEste no es un libro. Estas son palabras en forma de estrellas fugaces. Porque a veces para escribir hay que tener roto el corazón, y eso implica ver más allá de lo que otras personas temen a ver y sentir, o el simple hecho de volver a ser tu mismo/a...