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El amor es más complicado de lo que parece. El amor te hace sufrir, llorar, gritar, y confundir, deseas desaparecer y no volver a la realidad. Pero también te hace sonreír, reír, hace tu corazón latir y las esperanzas de ser feliz, de confiar plenamente en una persona en particular crecen. Todo dependiendo de tu forma de ver todo, de tu forma de afrontar las consecuencias de amar a alguien.
—Él estaba llorando, se le veía muy mal por una simple pelea telefónica con su madre —dijo Yeonjun jugando con la manzana entre sus dedos—. ¿Estás seguro que hasta donde lo viste al bajar del auto, estaba bien?
Soobin solo miraba el techo y miraba de reojo a su hermano que se le veía feliz pero un tanto preocupado ante la situación.
—No me siento bien, Yeonjun, ¿Podrías dejarme solo?
—Está bien. ¿Acaso está dando una fiebre de depresión por la ciudad? —murmuró lo último acercándose a su hermano y revolviendo su cabello mientras dejaba la manzana sobre su frente—. Come algo, no bajaste a desayunar y has de estar hambriento.
—Gracias —respondió tomando la manzana de enfrente y acurrucándose en su cama cerrando sus ojos.
Te quiero a ti, no quiero a nadie más.
Las palabras de Beomgyu habían sonado tan reales para Soobin, sus palabras le habían hecho querer dejar todo atrás, dejar el estúpido plan que había hecho con Yeonjun, dejar que sus sentimientos le dominaran al igual que su deseo carnal hacia Beomgyu, dejar todo y simplemente besar a Beomgyu hasta perder el aliento.
Lo siento Soobin.
¿Por qué te disculpas?, había querido decir la noche anterior, había querido decirle que era un tonto, un simple hombre que le tenía miedo a caer en el amor de la persona equivocada, de hacerle daño a su hermano y de tener que sacrificar todo, de tener que elegir entre dos personas a las cual quería y necesitaba en su vida.
¿Yeonjun o Beomgyu? Soobin había escogido a Yeonjun, y creía que era lo mejor que pudo haber hecho.
Mierda, ni siquiera sabía si Beomgyu había aceptado a Yeonjun, no sabía si Yeonjun le había preguntado. Y no quería saber, no quería enterarse que su hermano podría ya estar manoseándose con Beomgyu, deseándole buenos días y diciéndole mensajes de amor, invitándole a salir y disfrutar el día juntos, como una pareja perfecta.
Soobin había ayudado a Yeonjun a conseguir a Beomgyu, a que sean novios, pero Soobin definitivamente no quería ser parte de esa relación, no quería verla, no quería mencionarla, no quería escucharla.
Sí, Soobin no quería ser parte de ello, no teniendo a Beomgyu besándose en el sofá de su hogar acurrucado a Yeonjun, no a la persona de la cual estaba enamorado.
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—No puedes hacer eso, Beomgyu, no puedes salir con él —dijo Hueningkai sorprendido mientras dejaba de acariciar las prendas de Beomgyu extendidas sobre su cama.
—¿Por qué no? Soy un adulto, puedo estar con quien quiera.
—Yeonjun no te gusta, creo que estas confundiendo un fuerte cariño amistoso con un cariño amoroso de verdad.
Beomgyu miró a Hueningkai de reojo y terminó de colocar su bálsamo.
—Te gusta Soobin.
Y el corazón de Beomgyu latió, sus manos temblaron gracias a una repentina oleada de nervios que recorrieron su cuerpo.
—De ningún lado, soy muy observador, hyung. Sus miradas lo decían todo, para demostrar sentimientos no se necesitan solo palabras, también se necesitan acciones.
Beomgyu asintió y tomó un suéter negro de cuello de tortuga junto con sus pantalones.
—¿Qué pasó ayer? Soobin era tu compañero de baile pero bajaste del auto llorando, no pudo ser tu madre Beomgyu, ni siquiera llevabas tu teléfono ayer.
—Haces muchas preguntas Hueningkai, vamos qué te ocurre... ¿Cómo supiste que Soobin era mi cita?
Hueningkai murmuró una leve maldición. La había cagado, Beomgyu no debía saber la verdad.
—Soobin me contó —mintió—. Hyung, déjame ayudarte, por favor —Beomgyu se terminó de colocar el suéter y miró la mano de Hueningkai la cual estaba extendida hacia él—. Por favor.
Y entonces Beomgyu apretó sus labios en una línea recta, tomando su pequeña mano y sentándose a su lado.
Y Beomgyu le contó todo en un par de minutos, Beomgyu abrazó a Hueningkai y este le sonrió con tristeza entendiendo lo que ocurría, comprendiendo aquel sentimiento de estar enamorado de alguien terco, alguien con miedo a todo lo que significa sentir amor y cariño por alguien.
No necesitaba ejemplos, Hueningkai lo vivía en carne propia con uno de sus hyungs, Hueningkai sabía lo que era llorar por alguien a quien no le importaba su propia existencia, alguien que no cuidaba de él.
Gracias a Kang Taehyun, Hueningkai sabía lo que Beomgyu estaba viviendo.
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