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⚠️ADVERTENCIA: SMUT⚠️ ┅┅┅┅┅┅┅┅
Se sentía un tonto, claro que se sentía así. Sin más, aquella noche había salido de su habitación, colocándose la primera camiseta que encontró y el primer par de zapatos que vió en el camino. Al final del día él se desasearía de ellos al llegar con Beomgyu, ¿No?
Solo recordaba que se encontrando hablado con Beomgyu por mensaje y luego había dicho "Ven, tengo libre la noche, mi padre salió. Por favor, ven." Y Soobin no lo había pensado dos veces cuando ya se encontraba buscando sus pantalones en algún lugar de su habitación y su billetera, gritando un "Tomaré el auto" a Yeonjun que se encontraba en el salón viendo televisión.
Soobin trataba en todo momento de controlarse cada vez que veía a Beomgyu en su casa, trataba de evitar apartar a Yeonjun y besarle tan duro que le hiciera perder la razón.
Y en un momento la había cagado, lo captaba. Justo cuando Beomgyu había llegado a su casa para acompañar a Yeonjun a cenar, Soobin no había resistido a ver cómo Beomgyu besaba a su hermano y simplemente lo había sostenido fuerte en el baño, encerrados y perdiéndose en la necesidad y locura.
Soobin estacionó a unas cuadras más atrás de la casa de Beomgyu y se bajó, casi corriendo hacia la casa del menor. Ni siquiera tuvo que tocar la puerta porque Beomgyu ya la había abierto, encontrándose en el sofá, sentado con su cabello revuelto y húmedo, junto con una camisa azul de pijama fresca y aparentemente nada bajo de ella, con una erección oculta por la gran camisa pastel.
Sus miradas chocaron y Beomgyu tragó en seco. Levantándose de su lugar y abriendo sus labios para el mayor. Estaban tan perdidos en la lujuria, acariciándose y besándose con desesperación, dulce desesperación.
Las delgadas piernas de Beomgyu se enredaron en la cintura de Soobin y éste le tomó por su trasero, amasando la piel con fuerza provocando suaves jadeos en su oído que iban directamente hacía su miembro completamente duro por culpa del bajo.
—No te preocupes en prepararme, de eso ya me he encargado yo, Soobinnie —gimió sobre sus labios, con sus piernas abiertas y sentado sobre la repisa de la cocina. Soobin gruñó mordiendo su cuello, acariciando sus muslos y abriéndolos lo suficiente para que Beomgyu enredara sus piernas en su cintura mientras el menor desabrochaba con ímpetu su pantalón y lo bajaba junto con su ropa interior.
Beomgyu solo se dedicó a gemir cuando, con su propia mano, dirigió el pene de su dulce amante a su interior y lo introdujo sin rechistar.
El menor dejó caer hacia atrás su cabeza, exponiendo su sudada y blanquecina piel, volviendo un completo loco a Soobin, atacando su dulce piel sin cuidado, mordiendo y besando a su paso, lamiendo cada gota de sudor y delineando la marcada clavícula de Beomgyu, quien solo disfrutaba de sus acciones y el claro sentir de la carne dura y caliente en su interior, amasando su próstata dulcemente produciendo por consecuencia un fuerte estremecimiento y un leve temblor en sus piernas alrededor de Soobin. Gimiendo entre rato el nombre de su menor.
