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Un mes después.
Hueningkai talló sus ojos y se sentó en el cómodo sofá donde antes se encontraba acostado. Miró el reloj y sonrió levemente al ver que eran las ocho de la mañana. Se levantó bostezando y caminó hacia el baño, cepilló sus dientes y lavó su rostro. Se veía realmente bien a pesar de que tenía las ojeras más marcadas del mundo. Hueningkai sonrió y salió del baño. Caminó hacia la segunda planta de la gran casa y llegó a una habitación en específico.
Yeonjun se encontraba despierto, solo acostado boca arriba y mirando el techo mientras jugaba con sus dedos de sus manos. Hueningkai se acercó y se sentó a su lado acercándose un poco a su rostro.
—¿Cómo estás?
Yeonjun le dirigió la mirada y le sonrió.
—Acostado —Hueningkai rodó los ojos y le propinó un golpe en el hombro.
—Ya sabes a qué me refiero, tonto —el mayor asintió.
—Mejor, supongo —suspiró—. Me levanté a las cuatro de la mañana, no he dormido bien de nuevo, cada vez que intento dormir, sueño con lo mismo, una y otra vez, repitiéndose en mi cabeza.
Hueningkai asintió y apartó los cabellos de Yeonjun que cubrían su frente.
—¿Quieres una pastilla para dormir? —Yeonjun negó—. Entonces un abrazo será —Yeonjun rió risueño mientras Hueningkai le empujaba para tomar un lado de la cama. Se acostó a su lado mirando al techo por igual.
Un silencio como se instaló en la habitación. Hueningkai se sentía a gusto con Yeonjun a su lado, le gustaba estar con él los fines de semana, quedarse a su lado y hacerlo sonreír le ayudaba. Hueningkai no quería verlo triste después de lo que había ocurrido con Beomgyu y Soobin un mes atrás.
—Le conté a Taehyun mis sentimientos —comentó, Yeonjun sorprendido le miró apoyándose con los codos—. Me dijo que era mi mejor amigo, era el peor mejor amigo de todos, y que ya lo sabía, era muy obvio —Hueningkai rió triste—. También me dijo que no podía corresponderme, al parecer realmente le gustan las chicas lo suficiente, no le atraigo, me lo dijo tal y como era. Dijo que sentía celos de mí y no iba a negarlo, pero que era como su hermano menor y odiaba mi actitud. Supongo que a veces las cosas no se dan como quieres.
Hueningkai se volteó y miró a Yeonjun a los ojos.
—No lo hacen —afirmó el mayor volteándose por igual, observando a Hueningkai a los ojos—. Algunas cosas solo pasan, a veces el destino nos tiene preparadas otras cosas.
—También creo eso —dijo Hueningkai—. Hablando de destino... ¿Has oído hablar de Soobin? —Yeonjun negó apartando la mirada—. ¿No lo extrañas?
—Claro que lo extraño, él es mi hermano, Hueningkai. Puede que no de sangre pero, es como si lo fuera —sonrió triste—. A veces cuando me acuesto antes de dormir, pienso en él y me pregunto ¿Qué hará en ese momento? ¿Estará con Beomgyu? ¿Estará trabajando? ¿Estará feliz o triste? ... Me duele lo que hizo, claro que lo hace, pero a veces quisiera preguntarle por qué lo hizo, por qué me hizo esto a mí y a Beomgyu, por qué me mintió. Fui un tonto, no le dejé hablar, estaba furioso y no lo dejé hablar, solo vi como al día siguiente ya no había nada en su habitación, no dejó un mensaje, una nota o un recado con alguien, él solo se fue —Yeonjun sintió sus ojos arder—. No ha ido a la universidad, me preocupa que haya dejado de estudiar definitivamente, no debería, Soobin cuando está solo y deprimido hace cosas tontas. Soobin es un tonto.
