Capítulo 1

702 38 12
                                    

Muchos querrán saber mi nombre, pero no tengo uno, después de todo no soy una persona como los demás, fui creado a partir de dos muestras de sangre principales por cierto hombre convocador de serpientes, la forma de mi cabello era igual a la del actual hokage y de un color rojo como el de su esposa, como "nací" el mismo día que su hijo, en la teoría soy un Uzumaki a causa de la sangre que recorre mi cuerpo fui utilizado para guardar el alma del kyubi, algo que solo trajo desdicha a mi vida desde el primer instante.

No importo que no tuviera la culpa de nada o que fuera un simple bebé cuando esas cosas ocurrieron, todos me odiaron, todos me despreciaron, bueno, eso es una mentira, al principio hubieron dos personas, aquel dueño de una tienda de ramen y su hija, gracias a ellos pude seguir viviendo, pues Ayame, quien veía como una hermana mayor me encontró tirado en un callejón cercano a su tienda luego de que fuera tirado ahí por un par de hombres que me golpearon al decir que yo era el demonio que les quito a sus familias.

Fue gracias a ellos dos que obtuve mi nombre, por lo que escuché, Teuchi, el que actuaba como mi figura paterna quiso llamarme Naruto, como aquel ingrediente del ramen que era un dulce, pero así se llamaba el hijo del hokage, por lo que no pudo hacerlo, en lugar de eso me nombró Menma, esto fue solo cuando tenía cuatro años, había sido expulsado del orfanato con nada más que un pantalón blanco corto, una camisa negra con el símbolo Uzumaki y unos sandalias similares a la de los ninja.

Ellos me compraron ropa a pesar del hecho de que sus ingresos solo bastaban para mantenerlos a ellos dos, usualmente pensarían en enviarme al hospital para que me hicieran revisiones, pero luego de que Ayame lo hiciera la primera vez y sus buenas intenciones fueran aplastadas por una enfermera que me odia dejaron de lado la idea, sabían porque las demás personas me miraban de esa manera y aunque ellos lo sabían nunca me miraron de ese modo, tampoco me veían como la copia de Naruto.

Para ellos, el niño que tenían delante era Menma, no era el kyubi o el demonio, aun así, las constantes miradas, el desprecio, el odio y la constante comparativa me hacían pensar diferente, pero para que ellos no se preocuparan actúe como si nada me ocurriera, eran mi única familia incluso si mi sangre decía lo contrario, eso no me importaba, sin ellos estoy solo, así que por ellos haría lo que fuera, ser el demonio que me llamaban no sería nada si es por defenderlos, ser una copia me resultará indiferente si de esa forma los dos están bien.

Había descubierto que me gustaba salir a caminar por las noches cuando tenía cinco años, hace unas semanas había descubierto como activar mi chakra, tenía mucho, similar a la de los jounin más fuertes, por lo que, a principio de año decidí entrenarme por mi cuenta, más o menos, había descubierto la ubicación de los campos de entrenamiento de los equipos genin, donde me puse a ver todo lo que hacían, imitando todo lo que estaba en mis posibilidades, comencé con ejercicios básicos, como la escalada de árboles y ejercicios físicos.

Me costó dos días ser capaz de controlar mi chakra hasta el punto que fui capaz de subir, me había costado entender que necesitaba chakra para lograrlo, pero lo había hecho, también me estaba yendo bien con los ejercicios físicos, notaba que poco a poco me hacia más fuerte y más rápido, también ayudaba el hecho de ser perseguido por algunos ninjas borrachos, el hecho era que a causa de ser perseguido cada vez que pasaba por delante de un bar sirvió para hacerme aprender a ocultar mi presencia y chakra.

En verdad me gusta salir a caminar por las noches, me hacía sentir tranquilo, único, la naturaleza también me agradaba, me hacía sentir acompañado, una noche me quedé dormido al lado de un árbol, desperté unos minutos después sintiéndome más fuerte, le había dicho al viejo Teuchi que estaría un tiempo afuera, así que no debía estar muy preocupado, cuando llegue a un pequeño lago oculto dentro de los campos de la aldea vi mi rostro, tenía extrañas marcas en mi rostro, pasando por alto el cambio de color de mis ojos, pensé que alguien podría haberlas dibujado así que intente lavarlas, esto resultando inútil.

Solo una copiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora