CAPITULO 22: Atrapada

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Nicole

Noté como alguien daba leves golpes en mi mejilla mientras susurraba que abriera los ojos. Y los abrí lentamente pero al segundo volví a cerrarlos ya que un gran foco de luz me cegaba. Alguien volvió a darme un golpe más fuerte y abrí los ojos de golpe y vi que habían quitado el foco.

Miré la sala donde me encontraba. Era casi igual a la sala del laboratorio pero con las paredes sin cristaleras y recubiertas con una especie de material metálico. Me encontraba tumbada en una camilla blanca y, lo que más me sorprendió era que no me tenían amarrada. Sino que simplemente tenía tubos pegados con esparadrapos en mi brazo izquierdo.

Pero no era la única en la sala. A poco centímetros de mí había un chico con una especie de minitubos pegados con una pegatina blanca circular en casi todo su torso desnudo. Le miré bien la cara, me sonaba mucho pero desde mi posición apenas podía verle mucho y traté de incorporarme. Y una vez que lo hize, me quité poco a poco los tubos. Cuando lo hice, sentí pinchazos en casi todo el cuerpo. Me levanté de la camilla y mis pies descalzos tocaron el frío suelo haciendo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo.

Me acerqué al chico de la camilla despacio.

Por un momento creí que mis ojos me vacilaban porque al que veía tubado, dormido y conectado a un montón de aparatos y tubos, era Ray.

Le toqué el brazo levemente intentando quitarle tambien los tubos pero en cuanto los rozé saltó una pequeña pero chirriante alarma que hizo que de fuera de la sala sonaran pasos corriendo hacia aquí.

Me tumbé corriendo de nuevo en la camilla para que fuera quien fuese el que me tenga aquí retenida, no me pillara con las manos en la masa. Pero después de unos segundos, los pasos cesaron y no apareció nadie. Además caí en la cuenta de un pequeño detalle del cual no me había dado cuenta antes, en esta sala no había puertas.

Me empezé a estresar.

Estoy completamente encerrada, como un animal.

Entonces fue cuando una voz chirriante sonó por unos altavoces que estaban colgados en el techo.

- Tranquilizate Nicole, saldrás de aquí cuando hayas aprendido

Me incorporé en la camilla y quedé sentada.

- ¿Aprendido? ¿El qué?

- Ya lo entenderás. Ahora te mandamos el desayuno, tienes que estar fuerte para lo que te espera

Para lo que me espera. ¿Qué me espera? Oh dios mío, tengo la cabeza echa un lío y con un dolor impresionante.

- Quiero salir de aquí - dije al escuchar un sonido metálico a mis espaldas.

- No se trata de que quieras o no. Es que no puedes. - dijo la voz chirriante.

Me giré y me levanté acercandome a una pequeña bandeja con dos tostadas con aceite y un café. La cogí y me la llevé a mi camilla dejándola allí.

Me quedé como una boba ahí parada mirando la bandeja mientras decidía si debía probar bocado o no. No se cuanto tiempo estuve allí parada pero fue suficente para que en un movimiento violento lleno de ira e involuntario por mi parte, tirase la bandeja al suelo.

Aún llena de rabia fui echándome hacia atrás hasta darme con la camilla de Ray.

Me aparté asustada. ¿Porqué estoy aquí atrapada?

Me sentí fatal derepente y me caí al suelo apoyando en este las rodillas y dejando caerme hacia atrás. Me llevé las manos a la cara como si de esa manera consiguiera hacer algo.

MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora