MADNESS

CAPITULO 29: A por él

Advertencia: hay una parte de violencia, si no os gustan este tipo de escenas no leais esos párrafos en la parte donde narra Nicole.

James

Seguimos avanzando. Y seguimos escuchando aquel odioso ruidito, era un pitido constante y agudo, capaz de cargarse mi tímpano como siguiera escuchándolo.

- ¿De dónde viene eso? Me está taladrando los oídos. - dijo Rob bastanto molesto.

Paré a Fredd parando también la camilla - los dos íbamos tirando de ella. - y busqué con la mirada de dónde provenía el pitido.

Pegué la oreja a todas las cosas de la camilla, y el pitido venía de algo debajo de la sábana que tapaba parcialmente a Ray. Levanté la vista y vi cómo todos tenían las suyas plantadas en mi. Retiré un poco la sábana y saqué de debajo una especie de tablet con la pantalla iluminada en rojo que ponía: toca la pantalla

- Ten cuidado haber si va a explotar - lo miré mal y él se encogió de hombros. - Quien avisa no es traidor, James.

Toqué ligeramente la pantalla y el aparato habló pero no logré entenderlo, a continuación apareció un vídeo. Era del momento cuando a Ray lo mataban pero había algo raro. No era lo que verdaderamente había pasado, estaba trucado. Se lo pasé a Fredd quien lo miró medio flipando.

- Creo que ya sé lo que está pasando. - dije dirigiendo mis ojos a Ray. - Va a venir a por mí.

- ¿Quién? ¿Nicole? - dijo Stella.

- Sí - hize una pausa para mirarla - Miralo otra vez y haber a quien lo ponen como el que dispara.

Ella miró al aparato y se tapó la boca de sorpresa al ver lo que yo le dije.

- ¿Ahora qué hacemos?

- Iremos a Londres

- ¿Porqué a Londres? - saltó Rob

- Es a donde van obviamente, si la están usando, la usarán para recoger todos los poderes. Van a matar al presidente - explicó Fredd

- ¿ Y tú cómo sabes tanto? - dijo de nuevo Rob

- Hay quien lleva metido en esto pensando que era real toda la vida y sabe cómo piensan y hay otros - le miró - que se han pensado que vivían en un mundo de rosas.

Fredd guardó el cacharro donde estaba y seguimos tirando de la camilla.

Puse todas mis espranzas en que si despertábamos a Ray y Nicole lo veía, se le fueran las ganas de matarme. Aunque debo admitir que en algún momento pensé en dejar de buscarla, de lo cual me avergüenzo.

Nicole

Entré cabreada a la sala, dando una patada brusca a la puerta descargando en ella toda la furia acumulada, por las ganas de acabar ya con esto. Ahora sí que quería matar a alguien.

Todos los que estaban allí presentes giraron sus cabezas para mirarme. Pude sentir el miedo en los ojos de cada uno de ellos.

Se encontraban sentados alrededor de una larga y estrecha mesa, presidida por mi víctima, bueno, por una de ellas.

Apoyé las manos en la mesa dejando a la vista la pistola mientras la sala se sumía en un silencio total por el desconcierto causado por mi entrada al despacho presidencial.

- Quien haga el mínimo ruido se llevará un tiro en la frente, y quien se mueva, tendrá un castigo sorpresa. - dije amenazante.

Acto seguido, uno de los ministros echó a correr pero antes de que pudiera levantarse de su silla, una bala le perforó la frente.

- ¿Alguien más? - añadí y nadie respondió, estaban aún más asustados que antes.

Di una señal y entró Josh con los papeles debajo del brazo.

- Buenas tardes - saludó - qué alegría veros.

- El sentimiento no es mutuo, Josh - habló el presidente.

Coloqué corriendo la mano en el mango de uno de los cuchillos que había colocado en mi cinturón en el último momento para lanzárselo pero Josh pero lo impidió, diciéndome que dejara lo mejor para el final.

Álex entró acto seguido colocándose al lado de su hermano. Ambos extendieron los papeles y los repartieron según lo que tenía que firmar cada uno. Pasé al lado de cada uuuno de los minisitros revjsando que firnaran y al final de la cola vi a uno de ellos que se lo pensaba. Saqué mi cuchillo y cuando estuve cerca de él se lo clave en la mano izquierda, dejándosela clavada en la mesa y le susurré que firmara.

Cuando llegué hasta el presidente fue cuando los hermanos dejaron de repartir los papeles. Leí algún trozo de los papeles que tenía él: dejo los poderes del Gobierno a Álex y Josh Haley, fieles compañeros [... ]

No me apeteció leer más. Cuanto más tardara, más tiempo estaría sin salir de esta pesadilla.

- Firma y acabemos con esto - dijo Álex desde la otra punta de la mesa dirigiéndose al presidente.

Los ministros que habían firmado pasaron sus papeles hacia los hermanos. Josh me hizo la señal y fui hacia donde mi cuchillo seguía clavado en la mano de uno de los presentes, lo recogí y volví a mi posición junto con el hombre que muerto, me daría mi libertad.

Todos clavamos nuestras miradas en el presidente que leía nervioso el documento que tenía delante. Algun que otro ministro se retiró de la sala asustado. El hombre en cuestión agarró el bolígrafo e hizo un garabato en la parte baja de las páginas.

- No os lo mereceis - dijo levantándose de su silla - Hundireis el sistema

- ¿El de medio envenenar a la gente? Sí, lo hundiremos. - respondió Álex.

- ¿Hareis vosotroa acaso algo mejor? ¿Convertireis a todos los que os apetezcan en asesinos como a ella? - dijo señalandome.

Entonces, me pareció el momento más oportuno para correr el poco tramo que separaba al presidente de mí, agarré el mango de mi cuchillo y se lo clavé en la garganta haciendo que aquel hombre cayera al suelo muerto o apunto de morirse.

Acabé el trabajo. Aparté la mirada del cuerpo del ahora ex-presidente y miré a los hermanos que tenían una cara de sorpresa que no podían con ella. Me quité el cinturón donde guardaba el cuchillo y la pistola y al acercarme a Josh se lo devolví chocándolo contra su pecho.

Salí de aquella sala sintiéndome por fin libre pero un extraño impulso me atrapó y se sentía como si alguien me estuviera cogiendo el corazón y aprentándomelo. Sólo una palabra se repetía en mi mente: James y yo soló contestaba a él diciendome a mí misma: No

Me queda algún que otro capítulo, el final, el final alternativo y los agradecimientos. Disfrutad de lo poco que le queda a esta novela :)