CAPITULO 9: ¿Quienes sois?

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Cuando desperté, estaba tirada en un colchón de aspecto antiguo y desgastado, en una sala totalmente negra que solo estaba iluminada por una tenue luz. No tenía casi nada de ropa puesta, solo la ropa interior y me alarmé. A los pies del colchón había una especie de sábana muy fina y la cogí y me tapé como pude. No sabía donde estaba metida pero estaba todo oscuro y apenas distinguía las paredes. Me puse de pie todavía con la sábana tapándome, no me gustaba ir en ropa interior en un sitio desconocido, ¡a saber quien me ha metido aqui y qué quiere! Noté un agudo pinchazo en el costado e hize una mueca de dolor. Dirigí mi mirada al punto doloroso y encontré en trozo enorme de esparadrapo con algo de sangre. El dolor empezó a emanar pinchazos que me obligaron a volver a tumbarme en el colchón donde había despertado y a encogerme. Apreté la sábana más fuerte para evitar gritar, pero al final fue inevitable.

Casi automáticamente, oí chirriar como mecanismos y una puerta pesada se abrió al fondo del cuarto y entraron como cuatro o cinco chicos a socorrerme. Me sujetaron para que no moviera y noté como me quitaban el esparadrapo mientras yo me quejaba de dolor. Echaron un líquido no sabía qué era pero escocía y mucho además de incrementar el dolor de mi herida. Volví a gritar y empezé a retorcerme en el sitio

- No te muevas o se te clavará más

Automáticamente reconocí su voz. Ray. Ese desgraciado estaba aqui tocandome la herida y haciendome daño y seguramente los que me sujertaban eran sus amiguitos. ¿Me habrían secuestrado aprovechandose de mi situación? ¿Que hacía Ray en el bosque de al lado de la valla de la cárcel? No entiendo nada.

Enseguida dejaron mi herida en paz y disminuyó progresivamente el dolor, lo suficiente para poder calmarme un poco. Respiré hondo y me di la vuelta para poder ver la cara a la gente que me había ¿curado? No se si llamarles secuestradores o rescatadores o qué.

Pude distinguir a unos cinco chicos mirandome atentamente. Entre ellos Ray. En seguida me doy cuenta que no tengo ya la sábana que antes me tapaba y estoy en ropa interior delante de ellos. Pero mi cabeza estaba más atenta en mandar miradas asesinas a Ray. En un movimiento rápido me lanzé al cuello de Ray que cayó al suelo. Empezé a darle puñetazos en la cara mientras gritaba y llorada descontroladamente.

-¡No vuelvas a tocarme! ¡Mataste a mi hermano! ¡TE ODIO! ¡TE ODIO!

Los cuatro chicos empezaron a cogerme e intentar quitarme de encima de Ray. Pero sentía muchisima rabia contenida porque él había tenido la cara dura de matar a mi hermano y luego permitirse el lujo de presentarse con una sonrisa en mi cara.

- ¡No! Dejadme - Empezé a gritar mientras los otros chicos me tiraron otra vez al colchón donde me desperté.

Me puse de rodillas ya que no me dejaban levantarme más de eso. Ray se acercó a mi limpiandose la sangre que le había echo en la nariz y el labio.

- Se nota que eres violenta... dadle un tranquilizante o quizás dos.- dijo llendose de mi lado mientras le entregaba a un rubio unas pastillas.

- Con eso puede llegar a estar dormida cerca de dos dias y seguramente Hayley quiera verla.- replicó un chico de pelo negro.

- Callate Pronk, recuerda quien manda aqui.- dijo Ray con tono enfadado

- ¡No vamos a darla eso Ray! Tu no eres el jefe de esta base, ¿Te lo recuerdo?

Miré cómo derepente Ray cogió a ese chico por el cuello de la camisa y le dio un golpe contra la pared.

- Mira Pronk... aquí nadie me replica a no ser que quieras pasar varios dias sin comer ni beber encerrado en una celda.- dijo en tono cabreado.

El moreno tambien enfadado, le propinó un puñetazo y yo me alteré cuando vi el puño de Ray acercarse tambien a la cara del moreno. Me levanté y me interpuse entre ellos llevandome yo el puñetazo y callendo dandome un fuerte golpe contra suelo.

Me desperté un poco aturdida y confusa. ¿Sabeis ese sentimiento cuando eras pequeña y te mareabas en el coche o derepente te ponías mala sin saber porqué y siempre acababas llorando? Se llama miedo. En esos momentos tenemos miedo de lo que nos pueda pasar, de que nuestra vida derepente de un giro inesperado y no podamos controlarlo. Así es como se siento yo ahora mismo, ¿Que pasaría si no pudiera salir nunca de aqui? ¿Qué haría?

Aunque todavía sé que es muy pronto para pensar en esto, lo tengo en mente. De momento, tengo un claro objetivo: saber qué hago aqui y dónde se supone que está esa Resistencia que me iba a "salvar". Porque aquí, nadie a salvado a nadie, y a lo mejor me salvó Ray cuando salté en aquellas colchonetas al final del muro, pero no quiero pensar en que fue él. Esa idea me saca de mis casillas y simplemente prefiero no pensarlo porque él es un simple asesino que me quería drogar hasta dejarme inconsciente dos días. ¿Que clase de ser humano hace eso? Ninguno.

Estaba tan sumergida en mis pensamientos que me di cuenta que no estaba sola en este habitáculo y que, más concretamente estaba tumbado al lado mía. Me sobresalté y me di la vuelta para mirarle. Era el chico moreno el cual se había negado a que Ray me dejara aquí tirada medio inconsciente.

Le miré durante un rato, estaba dormido y con un ojo morado. Aparte de eso, a mí me pareció bastante guapo, no sé, tampoco había estado con muchos chicos. Solo Rob y Fredd y bueno, tampoco puedo decir mucho de ellos ya que uno es mi hermano y otro mi mejor amigo.

En un acto inocente le toqué la cara suavemente y le rozé delicadamente el moratón del ojo, lo que hizo que el chico se despertara.

- Yo...um, lo siento.- dijo poniendome nerviosa y un poco colorada.

- ¿Que hacías? - preguntó él sentandose sobre el colchón.

Yo le imité, me daba vergüenza que me hubiera pillado mirandole y no sabía qué decir.

- Yo.. - me quedé cortada y dije lo primero que se me pasó por la cabeza- Parece un buen golpe.

- Ya - dijo tocándose su ojo morado y después me miró a mí- Tu tambien te diste un buen golpe, entre el puñetazo y el tortazo contra el suelo..

Esta vez fui yo quien no la respondí. Me sentí atraída por la curiosidad que me llamaba al oír como alguien abría la puerta del habitáculo.

- Serán ellos...- dijo el moreno volviendo a estirarse en el colchón.

- ¿Ellos?

- Si, Ray y los demás, una parte del escuadrón 6. Vendrán a llevarte a ver a Hayley.

- ¿Quien es Hayley?

Al chico no le dio tiempo a responderme cuando entraron como el bien dijo, Ray y el resto. Uno de los chicos que acompañaban a Ray se acercó a mí dandome ropa perfectamente doblada.

- Póntela.- me ordenó Ray

- Esta bien..

Me levanté y me vestí. El conjunto que me habían dado era un pantalón negro ancho y una chaqueta como de cuero tambien negra más ajustada. Acompañado por botas militares. Una vez vestida, me di la vuelta hacia ellos.

- Ya estoy.

Ray se acercó demasiado a mí, por lo que di un paso atrás, pero rápidamente él me arrimó a su cuerpo.

- Estate quieta que no muerdo - me dijo, después, empezó a colocarme y peinarme el pelo - Asi estas mejor, no queremos que te confunda con una vagabunda.

Pasé de tomarme en serio ese comentario y caminé hacia la pesada puerta aun abierta.

MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora