CAPITULO 27: La llave 2/2

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Nicole

- Te ataremos las manos para que no intentes nada contra nosotros, ¿entendido? - dijo Álex mientras Josh me acariciaba el pelo.

- Eres perfecta - intervino Josh

- Nunca haría nada contra vosotros - asumí.

Nos encontrábamos en una sala que parecía de reuniones, perfectamente tapizada con cortinas elegantes en las ventanas. Era acogedor. Los dos hermanos metían papeles en cajas de cartón y recogían algunas de sus cosas.

Usmeé por la habitación moviendome libremente por ella. Miré y leí algunos de los papeles que estaban encima de la mesa y que corriendo quitaron. Recorrí la estancia observando cada detalle de ésta. No vi nada en especial pero hubo algo que me llamó la atención. Había una sala contigua cerrada.

Tiré del pomo y parecía estar atrancada así que hize fuerza con las manos ya que estaban atadas por las muñecas y era imposible deshacerse de ello.

Al final, acabó cediendo.

La habitación estaba toltalmente a oscuras pero aún así entré, lo que provocó que un sensor de movimiento encendiera la sala.

Una de las paredes estaba repleta de minitelevisiones ahora apagadas y enfrente de éstas una placa de control y sillas del tipo de las que había fuera.

Me senté en una y apreté un botón verde.

La curiosidad me estaba matando.

Al instante en cada pantalla aparecieron imagenes. Pero no al azar sino imágenes de la sala donde había estado recluida y me había convertido de esta manera. Una de las pantallas enfocaba a la camilla donde estaba Ray tumbado pero él no estaba...

- ¡Eh! - me llamó la atención Álex dando un golpe en la puerta - ¡Cómo es posible que aún con las manos atadas seas capaz de toquetear todo! - dijo agarrando mi brazo izquierdo y sacándome de la sala a la velocidad de rayo.

Me llevó junto a su hermano, cabreado, y me soltó junto al él no sin anter susurrarme:

- Tienes suerte de que no sea como él.

- ¿Dónde está Ray? - me atreví a preguntar

- En el depósito, yo que sé.. - dijo Josh totalmente despreocupado - Hay que irse  a la sede del gobierno en Londres, ya.

Cogieron las cajas y nos fuimos justo por donde habíamos venido. Pero nos paramos en mitad de un pasillo en el que Josh abrió una puerta básicamente tirándola abajo y echó a las pocas personas que había dentro.

- Controladores - le dijo a Álex dándole su caja a él. - Hay que cambiar todo - entró

Era una pequeña y estrecha sala inundada por una luz azul intensa y cuyas paredes estaban forradas con enormes y largas pantallas con diversas cosas en ellas, como datos y un vídeo de una chica corriendo por una calle que se repetía una y otra vez.

Josh en cuanto entró, apagó las pantallas y se llevó toda la información que estas contenían guardado en un CD plateado.

De nuevo, nos pusimos a andar y recorrer aquel sitio pero nos volvimos a parar. Pero esta vez salimos por la azotea.

Mientras pasaba hacia un helicóptero situado en el centro de la azotea, escoltada por los hermanos, me sentí vigilada, pero no por ellos.

Ladeé la cabeza y divisé a un grupo de personas que nos miraban entre sorprendidos y abrumados.

No eran simples desconocidos.

Eran mi mejor amiga Stella, Rob, mi hermano Fredd y...James.

Empezé a ponerme nerviosa, James, me estaba mirando. Parecía como si esperaba que fuera a hacerle alguna seña.

Otra vez los impulsos nacidos de lo  que vi cuando estuve encerrada, empezaron a florecer.

Quería matarle.

Pero otra parte de mí, que no creía recordar muy bien, me decía que debía hacer todo lo contrario, amarle. Nada tiene sentido.

Seguí mi mirada fija en él cuando Johh se dio cuenta y susurró unas palabras a mi oído.

- Aún no preciosa, todavía tienes que terminar algo - dijo.

Aparté la mirada y seguí caminando hacia en helicóptero.

Nos montamos desordenadamente y acabé subiendome la última, cosa que agradecí.

Cerraron la puerta corredera y a través dr la ventana pude verles mientras el aparato se elevaba. Puse una mano en el cristal mirando hacia mi hermano, después de andar buscándolo por fin lo he encontrado, pero ha tenido que estar de lado del patético de James quien según los hermanos y aquel vídeo, mató a Ray.

- Todo sería distinto si él estuviera aquí otra vez - susurré lo suficientemente alto comp para que Álex me escuchara.

- ¿Quién? - dijo después de asugurarse que Josh no nos prestaba atención

- Ray - una lágrima cayó - ahora apenas recuerdo cuando estaba con él y no se porqué me siento de esta manera.

- ¿Lo querías? - dijo al parecer, un poco triste.

- No lo sé - me limpié las lágrimas cuando Josh plasmó sus ojos en mí y miré hacia otro lado.

Estoy hecha un lío y muy perdida. Muy perdida. La única solución que parecía que me quedaba era cumplir el último recado y acabar con esto. Después buscar a James, controlar mis impulsos de matarle y sacarle toda la información.

Estoy confundida. Creo que estoy volviendo a ser yo, eso tiene que ser bueno, ¿no?

Sonreí mientras volvía a mirar por la ventana, ya no se apreciaban las figuras de mis amigos y volábamos por encima de la ciudad iluminada.

Apenas tardamos quince minutos en aterrizar en otra azotea, con un símbolo grabado en el suelo, lo conocía bastante bien, era el sello de nuestro gobierno: un triángulo con círculos en cada esquina y otro en el centro, en el interior de ellos había: un ojo, una espada, una corbata y una llama. Nunca nos explicaron el porqué de ese símobolo y yo al menos, nunca pregunté.

En cuanto abrieron las puertas del helicóptero se abrieron, se manifestó el ambiente que no se motaba tras aquellos cristales, la ciudad estaba sumida en el pánico.

Se oía gritos y pequeñas explosiones que venían de todas partes y se oían voces procedentes de pantallas - supongo adosadas a la fachada del edificio - donde se podía escuchar que daban la noticia de que el gobierno había caído.

Unos brazos desconocidos me agarraron me llevó hasta la puerta de acceso al edificio y prácticamente me tiraron dentro.

Mi cuerpo chocó de forma violenta contra el suelo y me llevé un fuerte golpe en la cabeza. Me levanté poco a poco y con cuidado llevándome una mano a la cabeza, cuando alguien me llamó, alzé la vista y los hermanos tiraban de mi bruscamente para que me levantara.

-¡Arriba! ¡Hay que irse! - gritó Josh estresado a punto de perder los nervios.

- ¿Qué está pasando?

Se me estaba pegando el estrés de Josh. Me paró  y me agarró la cara para que en ningún dejara de mirarlo. Nuestros ojos conectaron, los suyos estaban llenos de ansiedad y los míos seguro, llenos de terror por no saber qué estaba pasando.

- Vas a matarlo - al decir eso fue como si volviera a ser la misma de antes, pero luego la sensación desapareció.

Acto seguido, me tomó de la mano y seguimos corriendo con el corazón latiendo a más no poder.

MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora