En 2016, Zalgo y Leviathan están listos pará volver la tierra un infierno por separado y sus mejores lacayos pelearán entre si.
Una misteriosa caja musical junto a una profecía no tan positiva se revelara
Tal vez los héroes antiguos no puedan salvar...
En alguna tierra alternativa del multiverso extenso en un tiempo desconocido se hallaba un ser malvado y manipulador, un conquistador de mundos, un dios y un demonio al mismo tiempo, su nombre, el no tenía nombre, bueno no desde que se convirtió en aquel ser, pero sin duda tenía un apodo muy reconocible, el hombre alto, aquel apodo se le fue dado por sus enemigos, aquellos pequeños seres que se esforzaban y esforzaban en derrotarlo, lo que ellos no sabían es que el era eterno.
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La primera vez que hizo funcionar su máquina llegó a una dimensión demoníaca, un infierno, en específico el infierno de Leviathan, al no estar muerto y llegar a aquel mundo tan perfecto de manera tan artificial, el se horrorizo, los cenobitas lo observaron y durante un periodo muy pequeño de tiempo la luz negra de Leviathan paso sobre el, el no era malo ni tenía miedos, aquella luz lo enloqueció y hulló de aquel lugar, sin embargo al volver ya no era el mismo, un bicho demoniaco se había adherido a el durante su regreso, su alma se combino con el bicho, la maldad y el deseo invadío su mente, su cuerpo muto en algo mas demoniaco, su esencia única se esparció por cientos de dimensiones y al igual que un bicho el obtuvo una colmena de un solo ser.
El robo tecnología alienígena de otros universos y ahora cada vez que muriera podía remplazar su cuerpo muerto por uno nuevo en la colmena, su tecnología futurista le permitió la creación de esclavos enanos y la forma más fácil de matar opositores. El era sin duda el más inmortal de todos en este multiverso infinito, sin miedos, sin piedad con actitud de acero. Pero aquel día algo le llamaba la atención en aquella dimensión cancerígena que se encontraba en su punto máximo de vida, como si una parábola se tratara, 2 seres se hallaban en su base, habían matado a su subditos de esa dimensión y destruido toda su base, decidió ir solo para ver la razón del ataque, el motivo de aquella discreta declaración de guerra (o amenaza inútil) , su conquista podría esperar, cruzo los dos tubos de metal y llegó, frente a el estaban dos tipos, uno de rostro quemado y otro un cazador demoníaco que reconocía muy bien:
TM:¿Quién osa asesinarme en esta dimensión?¿Quienes son los incautos que se atreven a atelar mi presencia a este ser? Se arrepentirán de sus insolencias.
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F.K.: Tranquilo anciano venimos en paz, necesitamos tus habilidades en nombre de Leviathan, te explicaría el asunto completo, sin embargo ya me dió flojera explicarlo a cada rato y bla bla bla...
