—Y-Yashiro-san…—tartamudeó el azabache.
—¿Eh? ¿Qué pasa?—
—E-estás m-muy cerca…—
—¡Ah!—rápidamente la albina dejó aquel delicado cuerpo.—Perdón Amane-kun… pensé que quizás así te sentirías mejor.—
—Estoy bien, Yashiro-san. Gracias.—sonrió forzosamente.
—Por cierto,ya está la comida.—
—Gracias Yashiro-san.—
—No agradezcas Amane-kun, ahora ve al baño y lávate la cara. Avísame si quieres algo o quieres que te ayude. ¿Si? Está arriba a la derecha.—
—Está bien.—sonrió un poco y asintió levemente.
El azabache se levantó de aquel sillón y subió a paso lento las escaleras. La albina suspiró, le dolía tanto verlo así, quería saber que es lo que estaba pasando. Pero debería darle tiempo,apenas se conocen y puede que el castaño no tenga la confianza suficiente para decir sus problemas.
»¡Esperaré a que me lo diga! ¡Y así ayudaré a Amane-kun!«
Decidida, volvió a la cocina para llevar los platos a la mesa.
[…]
—Amane-kun,¿qué hay de tu familia? ¿Ellos están en casa todo el día?—preguntó la albina.
—Ah,eh…—para el castaño era algo incómodo hablar sobre su familia.—Mi papá trabaja y mi mamá también, Tsukasa es el único que está conmigo.—
¿No había necesidad de mentir,verdad?
—Algún día quiero que me presentes a tu hermano.—comentó la albina mientras comía una vez más sus fideos.
—Oh,si…—desvió su vista.—¿Y tus padres Yashiro-san?—
—Mi mamá trabaja en una librería y a mí papá lo tomaron en un hospital de la zona. Llegan juntos a casa,pero relativamente estoy sola.—sonrió un poco.—Aunque no negaré que se siente bien tener casa para uno solo.—rió un poco.—Pero ahora me gusta más pasar tiempo contigo.—sonrió ampliamente la albina.
—Uhm…—sus mejillas se ruborizaron y bajó su vista hacia el plato casi intacto.—T-también es a-agradable pasar tiempo c-contigo…—murmuró.
—¿Uh? ¿Qué dijiste?—
—Nada importante.—negó con la cabeza.
—Amane-kun,no comiste casi nada. Come más,por favor.—suplicó la de ojos escarlata. El azabache veía el plato que apenas había sacado dos bocados,de solo verlo le revolvía el estómago. Dirigió la vista hacia su acompañante.
—Yashiro-san,de verdad,no teng…—
—Amane-kun.—llamó con su ceño fruncido, interrumpiendo al susodicho.—¿No te das cuenta que podrías agarrar una enfermedad? ¿Qué quieres lograr con hacerte mal a ti mismo?—
»Morirme, Yashiro-san. Quiero morirme.«
El azabache bajó su cabeza,aquellos ojos de color escarlata parecía que lo estaban intimidando,a vista de este.
—Come más,por favor.—suplicó otra vez, levantándose de su asiento para colocar su mano en el hombro del azabache.
»Sé que no es el momento… Pero se ve como un niño pequeño queriendo que lo alimenten.«
La albina sonrió un poco y se sentó al lado del chico. Agarró aquellos palillos, comúnmente llamados 'hashi' en Japón,y tomó un poco de fideos.
»Sé que estás grande también… Pero de verdad quiero hacer esto. Se siente como tener un hermano pequeño.«
—Toma.— acercó la comida sostenida por los palillos a la cabeza gacha del castaño quien rápidamente la levantó para toparse con la comida. Su rostro se volvió rojo por la vergüenza que sentía en ese momento. ¿Ser alimentado? ¿Desde cuándo? Ni siquiera su propia madre lo alimentó cuando era aún más chiquito.
—Que no te de vergüenza, Amane-kun.—sonrió.—Siempre quise hacer esto con alguien.—
Definitivamente lo avergonzó aún más.
—Yo…—
No pudo terminar de hablar,ni siquiera se preparó para sentir como la comida era depositada en su boca recientemente abierta para poder hablar.
Masticó despacio y forzosamente. No iba negar que la comida estaba rica,pero hubiera preferido comerla cuando tuviera el apetito para disfrutarla.[…]
Luego de que la albina terminara de alimentar a su amigo, sonrió victoriosamente y llevó los platos a la cocina,para luego llevar los libros de ambos que los había puesto sobre un mueble. Ambos hicieron su tarea,cada quién tiene a veces alguna que otra pregunta, mayormente Amane. Cuando acabaron,Amane empezó a guardar sus cosas.
—Gracias, Yashiro-san.—agradeció,una vez más.
—No agradezcas Amane-kun.—sonrió.—¿Quieres que hagamos la tarea en mi casa luego de la escuela?—
Aquella propuesta no era desagradable. Al contrario,era una bastante buena. Podría estar lejos de su hermano aunque sea algunas horas y disfrutaría aún más la compañía de la albina.
—Claro,me gustaría.—
Sonrió,pero sinceramente. Una sonrisa que emanaba calidez según Nene,una sonrisa que uno quedaría embobado.
—Yashiro-san,nos vemos mañana.—saludó a su amiga estando en la puerta de la casa.
—Ah,espera Amane-kun.—agarró de un mueble su celular.—¿Puedes decirme tu número? No sé… Para estar más conectados.—rió levemente.
—Claro.—
Luego de haber dictado su número de celular,se despidió.
—¡Nos vemos Amane-kun!—
[…]
El azabache portaba una sonrisa en su rostro. Era raro para muchos,pero él estaba feliz de haber aceptado aquella propuesta de la albina. Se olvidó completamente de sus problemas. Llegó a su casa y abrió la puerta,cerrándola una vez adentro. Caminó hacia el interruptor de luz ya que la casa se encontraba a oscuras.
—¿Dónde estabas, Amane?—
La mirada fija y perturbadora de su gemelo quien se encontraba sentado en la silla del comedor. Amenazando con levantarse y golpearlo hasta matarlo.
—¡TE HICE UNA PREGUNTA!—
Definitivamente, él estaba destinado a no tener felicidad,ni siquiera por cinco minutos.
|•|•|>Alabado sea el relleno mamado que me gusta poner. Recen para que su escritora sobreviva a las clases y pueda escribir.
¡Gracias por leer,votar y comentar!<|•|•|
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En Busca de la Felicidad
SonstigesYashiro Nene se muda al vecindario Kamome, donde iniciará su segundo año de secundaria. Ella es la nueva vecina y amiga de Yugi Amane, un chico castaño que pasa la mayor parte del tiempo con ella debido a que su hermano menor lo abusa y lo golpea co...