VX-Memorias dispersas

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Hay una gran costa que se extiende a lo largo del borde suroeste del bosque. Si vas un poco más al oeste, puedes encontrar una pequeña ciudad portuaria, y allí, un monasterio construido por donaciones del rico comerciante de Elphegort, Keel Freezis.

Caminando por la arena hacia el puerto, pudo encontrar primero un pequeño caballo que llevaba en su espalda una silla con el escudo de la familia real de Lucifenia grabado en él.

Sin duda, era Josephine.

Probablemente era difícil para un caballo correr por ese bosque sin un camino. Pero Josephine estaba tranquilamente de pie allí, sin parecer cansada. Ella era una gran yegua.

Y... cuando vio la forma de una niña sentada junto a Josephine y mirando hacia el mar, sin pensar dejo escapar un suspiro de alivio.

-Rilliane... Princesa Rilliane.

Cuando hablo, por un momento el cuerpo de Rilliane tembló de sorpresa. Y cuando miró a dirección donde se encontraba el joven sirviente, inmediatamente volvió a su expresión habitual y dijo:

«Oh, eres tú, Allen».

Rilliane Lucifen d'Autriche.

Esa niña que hoy estaba cumpliendo su decimocuarto cumpleaños era la "princesa", la actual gobernante del Reino de Lucifenia.

Parecía que tenía el título de "princesa" en lugar de "reina" por un sentido de respeto hacia su madre, la reina anterior, Anne, que decidía reinar como princesa y no ser entronizada como reina hasta que alcanzara la mayoría de edad.

-¿Cómo sabes sobre este lugar?

Se acerco a ella sin responder a su pregunta y dijo:

«Sir Leonhart estaba preocupado por usted, Su Alteza».

En el momento en que mencioné el nombre de Leonhart, la expresión de Rilliane se volvió un poco dura.

-Hmph, me sirve bien.

Al ver su comportamiento, aunque hablando francamente, habiendo aplicado su premonición desde mucho antes, supo la causa de su huida. Fue debido a su pelea con Leonhart ayer.

-Si no hubiera sido encontrada hasta el baile, entonces él podría haber sido despedido por fin. Qué molesto

dijo Rilliane, mientras resoplaba por la nariz. Así que ese había sido su verdadero objetivo.

Si su objetivo no hubiera sido el capitán Leonhart, Rilliane no habría sido tan indirecta en sus métodos. Ella era la única heredera pública del monarca anterior, el rey Arth; la actual gobernante absoluto de Lucifenia. Solo con su palabra no había dificultad en decapitar a sus vasallos.

La razón por la que ella no pudo hacerlo fue nada más porque él fue uno de los súbditos leales de Arth, uno de "Los Tres Héroes" que salvaron a este país. Aún había muchas personas aquí que lo adoraban, y parecía que incluso un ser lleno de orgullo como Rilliane parecía entender que si le cortaban la cabeza por cualquier cosa, provocaría cierta revuelta.

-Estoy tan... ¡CANSADA DE ÉL! ¡TAN HARTA DE ESE ZOQUETE!

Como si el recuerdo la hubiera cabreado, Rilliane rápidamente se enfureció. Pero entonces ella volvió a calmarse rápidamente.

-Dios mío, gracias a ti mi plan ha sido arruinado.

-... Mis disculpas.

Aunque no había ninguna razón para que ella estuviera enojada con Allen, probablemente era mejor disculparse por ahora. No había nada que ganar en disgustarla más.

"LA SAGA DEL MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora