XVI-La rueda del destino

45 5 3
                                    

Unos días antes del ataque a Elphegort Allen llegó con un regalo para alegrar un poco a la princesa Rilliane una jaula con dos pequeñas aves

Unos días antes del ataque a Elphegort Allen llegó con un regalo para alegrar un poco a la princesa Rilliane una jaula con dos pequeñas aves

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Con tan hermoso regalo Rilliane volvió a sonreír eso puso más tranquilo a Allen.

Después de lo ocurrido durante la guerra en Ephelgort,
La luna era muy hermosa esta noche.

El Salón de los Espejos estaba alborotado.

Las damas gritaron.

Los nobles regordetes estaban sin palabras.

Un círculo de personas se había formado en el medio de la habitación.

En el centro había un hombre caído empapado en sangre.

Se llamaba Minis Stoup.

Era el hombre que había trabajado como ministro para este país.

Al día siguiente

—Milagrosamente, parece que sobrevivió —informó uno de los criados con un suspiro.

—Ciertamente, qué sorpresa que algo así haya sucedido en medio de un baile.

—Y que el intruso se colara tan fácilmente…

—¿Qué estaban haciendo los soldados?

—No hay suficientes… Soldados, quiero decir.

—¿Y qué hay de llamar a los soldados en Elphegort, preferiblemente el general Ausdin?

—¡No seas absurdo! Todavía están peleando duro incluso ahora… ¿Cómo exactamente sostendrían la primera línea sin el general Ausdin?

—Entonces, ¿qué hay de llamar al general Mouchet y una porción de los soldados de la Fortaleza Retasan?

—No, eso tampoco funcionaría. Esa sigue siendo una ubicación estratégica clave. Además, si los soldados caen allí, existe la posibilidad de que Lucifenia sea golpeada por el Imperio Beelzeniano por detrás…

Se Podía escuchar una furiosa disputa dentro de la habitación. Aunque por sus voces se dió cuenta de que estaban cansados.

Allen y otros dos estában espiando detrás de la puerta, en el pasillo.

—Esto es un desastre…

—Chartette… Se está un poco apretado aquí… Muévete un poco más a la derecha…

—¡Espera un segundo! ¡Ney! Tu codo acaba de tocar mi pecho. ¡Pervertida!

—¡No estaba tocando esos pequeños senos porque quisiera! Y de todos modos, todavía tienes que moverte…

—¡Ambas cállense!

La reunión de hoy se llevó a cabo entre Rilliane y una pequeña fracción de sus subordinados; todos los demás tenían prohibido entrar.

"LA SAGA DEL MAL"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora