Sig.: Actividad intensa que se desarrolla a una velocidad o a un ritmo muy acelerados.
Sólo me ha hecho falta ir al diccionario esta vez para entenderlo todo.
Hoy suspiro, vaciando mi pecho de aire,
vaciándome en mí.
Porque soy mi propio agujero negro,
y me cuelo dentro de mis ojos rojos.
Y desaparezco,
y otra yo aparece en mi lugar,
ocupando algo que ya no está.
Hoy suspiro,
intentando renovar lo que está oxidado.
Intentando hacerme a la idea de que
soltar por amor
a veces está bien.
Hoy,
después de recordar que no fue algo pasajero,
que no fue efímero el vértigo,
que se agarró con fuerza en mis labios
hace tiempo
y no me dejó decirlo.
Que quizá fueron las circunstancias.
Que quizá fue el momento.
Que dejo algo atrás
y al mismo tiempo
lo quiero volver a agarrar.
También me he dado cuenta,
de que,
contemporáneo a la palabra,
aparece el arrepentimiento,
y necesito saber por qué me ocurre esto.
Porque sólo sé que fue el vértigo.
El ir tan rápido,
en tan poco tiempo.
Porque quizá sea la persona,
pero no en el momento correcto.
O, al menos,
no a la velocidad que quiero.
Porque sí,
necesito ese tiempo.
Aunque le mire a los ojos
mientras esto está roto,
y muera por dentro.
