Sig.: Profundo deseo de libertad.
Tengo que hacerlo. Necesito dejar que los latidos de mi corazón dejen de hacer ruido poco a poco, lentamente; de ser aliento convertido en un simple y último suspiro.
Aún deseo que mi cuerpo cese de hundir mi mente en el fuego que ahoga cada vez más mis pensamientos.
Aún tengo ganas de beberme el fin con tal de acabar con este sinsentido en el que vivo desde aquel día, pues no tengo la necesidad de mirar de reojo al cielo una vez más y ni tan siquiera poder levantarme de la cama para admirarlo y respirar su brisa.
No quería que viniese nadie a mi vida a desmontar mis planes de fuga, y tampoco creí que fuese posible. Quién iba a sentir más que pena por mí; ese hombre apuesto, complejo y joven que dejó la vida a un lado sin dejar de respirar.
Para mí, el mundo que me rodea es tan sólo eso; personas que van y vienen, que aparecen y desaparecen de mi vista a su antojo.
Aunque, por supuesto, eso no es lo único que me recorre la garganta y abrasa cada una de mis entrañas.
Lo peor, mi amor, es haberte conocido en esta situación; sentado por siempre en una silla de ruedas, sin poder apenas avanzar hacia esa boca tuya, tan sonriente.
Lo peor es tener que besarte con el sabor salado de tus lágrimas entre nosotros dos. Saber que esto va a terminar y dejo en ti más de la mitad de mi alma.
Anhelo con todas mis fuerzas que a partir de ahora tus pisadas sean más firmes, más fuertes; que tengas la cabeza bien alta y cumplas tus objetivos, y que algún día consiga oírte decir que crees en ti misma, que lograste sonreír de nuevo.
No quiero que sientas que podrías haber hecho más, pues hasta las personas que han estado sufriendo conmigo durante estos dos insaciables años no han hecho que cambie de parecer.
No quiero mirarte esta noche y pensar en lo que pudo haber sido si te hubieras cruzado en mi camino años atrás. No quiero ser el culpable de más llantos, y menos si ese llanto viene de lo más profundo de tu garganta una vez más.
Eres lo más bonito que me ha podido regalar el universo para poder despedirme en paz.
Eres lo más puro, sincero y hermoso que me he encontrado en el camino durante toda mi existencia.
Y eso, mi amor, nada ni nadie lo cambiará.
Eres en lo último que he estado pensando.
Eres el nombre que ha cerrado mi última carta.
Eres el principio de mi felicidad.
Eres lo mejor que me ha podido acompañar.Te amo, más de lo que nadie puede llegar a imaginar.