Sig.: ganas de querer preocuparte menos por las cosas.
El barrio
En la noche
Se lleva la cordura y la razón;
Pues nuestro destino no es éste,
Y cada día lo llevamos peor.
Unos compañeros se marchan,
Otros se quedan por "amor";
A otros les duele el recuerdo,
Y nosotros no tenemos otra opción.
Y cuando la luz del sol se apaga,
Se enciende el alma;
Pues las farolas tan sólo alumbran
Las heridas que se escapan.
No queremos esta vida,
no queremos ser así;
Aunque por ahora
Debemos resistir.
Mirarte me es imposible
A la vez que tentador.
En ocasiones
tus ojos color café me invaden
Y me impiden pegar ojo,
Pues la cafeína
No es el mejor aliado en el colchón.
Sé que tenemos posado en nuestro estómago
Una lanza invisible
Que abrasa nuestro cuerpo
Si pensamos dar un paso más.
Lo sé.
Sé que en tus manos
Y en tus ojos
No se refleja todo tu dolor,
Y que en la brisa
Se esconden tus suspiros
y el temor.
Las vivencias nos duelen
Mucho más que el amor;
Aquí eso último se encuentra
en un segundo plano,
Aunque hoy la vida nos llama
La atención.
Esta noche todo se hace más pesado,
Nada está a nuestro favor.
Estamos demasiado cansados
Para escuchar una
y otra vez
el mismo sermón.
No nos importa el delirio de grandeza
Que habita a nuestro alrededor;
Nosotros tan sólo queremos ser
Los mismos
Pero en otro rincón.
Entierras las yemas de tus dedos en el bolsillo del pantalón,
Como si fuesen las estrellas del cielo,
Como si llevaras la llave
que cierra la puerta del infierno.
Hoy,
De nuevo,
Vuelves a estar enfrente de mí,
Con los ojos cansados
Y las ganas de sentir;
Pero esta vez no me preocupo
En aparentar ser fuerte,
Y me acerco.
Tú me haces un sitio
Y me sonríes.
Ya no estamos atentos,
Tampoco cansados.
Decidimos disfrutar del momento,
Olvidar los malos ratos.
Y así,
Poco a poco,
me fui enganchando;
Y así,
Cariño,
Te sigo amando.
Corre el tiempo
Y ya vamos mejorando;
Pues esos sueños que en su día
Soñamos
Se cumplen si estamos cerca,
Si nuestros labios están sellados.
