ONLY IN 夢 SAKUATSU

16 ๑ orange tea

—¿Qué es ese olor? —preguntó Kiyoomi mientras enceraba la barra del barista, con Motoya del otro lado quitando una tetera del calor. 

—Cáscaras de naranja —explicó, comenzando a verter el contenido de la tetera en un par de tazas encima de la parte del mostrador que su primo ya había limpiado—. El té de naranja es bastante aromático sin la necesidad de añadir más especias, ¿no lo crees? Ni siquiera usé canela.

Como ya habían pasado un par de horas desde que las cafeteras y demás herramientas fueron apagadas, limpiadas y guardadas, el penetrante olor del café se había apaciguado lo suficiente como para disfrutar del aroma de la infusión preparada por Motoya. 

Resignado a que ya era momento de tomar un descanso y dejar de intentar limpiar lo que ya estaba limpio, Kiyoomi tomó asiento frente a las tazas de té y se quitó el barbijo. 

—¿Para qué es esta vez? 

—¿Qué? ¿Crees que el té es un paracetamol y yo tu doctor? —se mofó Motoya—. Solo estoy preparando té porque me sobraban unas cáscaras de naranja y no iba a desperdiciarlas, no seas tan perseguido.

—Claro, ¿ya puedo irme, entonces? 

—No, no; bebe primero —insistió su primo—. Ponle algo de azúcar, te aseguro que es muy agradable. Es bueno tener algo delicioso cuando nos deprimimos, ¿no piensas igual? 

Ahí estaba Komori Motoya contradiciéndose a sí mismo, porque aunque esta vez no lo admitiera, le estaba dando una taza con té a Kiyoomi de nuevo con el objetivo de ayudarlo a relajarse. Era tan frustrante no poder esconder las cosas de él. El barista lo estaba contemplando con una sonrisa de oreja a oreja mientras esperaba con paciencia a que bebiera el líquido e incluso tal vez a que le contase qué ocurrió. 

Kiyoomi se permitió beber de la taza una vez que endulzó la infusión y mientras Motoya hizo lo mismo después de él, optó por hablar. 

—¿Sabías que Tsumu jugaba voleibol?

Los hombros de Motoya se tensaron por unos segundos antes de relajarse y exhalar profundamente. Sin ninguna expresión en particular pintada en su rostro, dio otro sorbo al té y desvió la mirada. 

—Uhm, ¿el chico del jugo de manzana? —Kiyoomi frunció el ceño, pero asintió—. Bien, no lo supe hasta que lo atendí directamente hace un tiempo, cuando pidió para llevar, pero lo he visto varias veces, aunque nunca hemos hablado. También está dentro del voleibol universitario, después de todo, era inevitable... Pero no creo haber jugado contra él antes. 

Motoya analizó a Kiyoomi previo a seguir hablando, tanteando el si era correcto o no. A su primo no le entusiasmaba demasiado hablar sobre voleibol, ni siquiera recordaba cuándo fue la última vez que una conversación al respecto se había extendido más allá de preguntarle por los resultados de algún partido. Por suerte, el mesero lucía realmente tranquilo y bebía de su té con calma; aun así, Motoya decidió que ya había dicho suficiente y optó por cambiar el tema. 

—Ah, por cierto, no creo que su nombre en realidad sea Tsumu. ¿No te suena más a un apodo cariñoso? ¿Dónde lo escuchaste? 

Kiyoomi se atragantó con el té.