O4 ๑ espresso

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Kiyoomi, con la libreta de órdenes en una mano y su lapicero en la otra, se detuvo a mitad de camino hacia la mesa ocupada e intentó dar la vuelta de forma disimulada tras visualizar una inconfundible cabellera rubia asomarse por detrás del menú, sin embargo, cuando dio el primer paso ya era demasiado tarde, pues el cliente habitual ya estaba agitando su mano hacia él y ofreciéndole una extraña sonrisa.

—¡Kiyoomi-kun! ¡Buenos días!

Nunca tomaba el turno de la mañana porque demasiada gente iba a desayunar, pero en esta ocasión era domingo y estaba seguro de que no se toparía con demasiadas personas como para que su día se arruinara desde tan temprano. Nuevamente, Sakusa se había equivocado. No importaba la cantidad, sino la calidad de la nube grisácea en su interno cielo despejado para que la mañana se echara a perder. 

—¿Qué se te ofrece esta mañana? —consultó de mala gana, evitando mirarlo a la cara y con el ceño completamente fruncido. 

—Veamos... —comenzó el chico, hojeando sin atención el menú. Sakusa no pudo evitar apretar con fuerza la punta de su bolígrafo y que la comisura de su boca se tensara con impaciencia. ¿Por qué diablos lo llamaba si no sabía qué elegir aún?—. No estoy seguro, no creo que un americano dulce sea lo suficientemente bueno como para despertarme, y algo con leche podría carme mal a esta hora...

—¿Entonces por qué no vienes más tarde? —masculló en un susurro. De preferencia cuando acabe mi turno, pensó.

—¿Dijiste algo? —preguntó el cliente alzando la cabeza. Kiyoomi se estremeció por un segundo por el temor a haber sido escuchado; un reclamo por sus comentarios podría llevarlo al despido.

—Que entonces por qué no un café expreso, para espabilar.

—¡Oh, Kiyoomi-kun seguro sabe lo que hace! Sí, confiaré en ti, quiero eso. 

Con un suspiro de alivio y la orden entre las manos, el mesero regresó al mostrador para que Motoya hiciera el café. ¿Es que no había otra cafetería que le interesara al sujeto? 

ONLY IN 夢 SAKUATSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora