Capitulo 11| La familia Rott

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Omnisciente




En el mundo sobrenatural había dos bandos gobernantes, vampiros y hombres lobos, los vampiros tenían a los Vulturi, lo más parecido a la realeza en el mundo sobrenatural, los lobos, tenían a la familia Rott, la que era considerada la familia más poderosa de metamorfos, pero no por ser hombres lobos significaba que eran buenas personas, si querías algo de ellos tenías que hacer un trueque, y eso era lo que Ben estaba a punto de hacer. 

Iba a ofrecerse para asegurar la vida de su hija, sabía que no era la única opción, pero era lo más seguro, con Jacob y la manada cuidándola no bastaba, era un elemento fuerte y sabía que los Vulturi no descansarían hasta corromperla, y eso no estaba a discusión.

Ya había hecho un trato antes con los Rott, y a un costo muy alto, la hermana de Ariana era la vidente de la manada, no era metamorfa, pero sus poderes de videncia eran los más fuertes que se hubieran visto desde Maraya Day, los Vulturi la persiguieron, la manada intentó de todo para protegerla, pero nada resultó, fue entonces que Ben acudió con los Rott para asegurar la supervivencia de su esposa embarazada, ofreció tres años de servicio a cambio de seguridad, y así fue, pero la seguridad solo incluí a Ariana, no incluía a su hija una vez ella naciera. 

Era por eso que estaba frente a la mansión Rott en Argentina, había dicho a su esposa que iría a un viaje de negocios, y un viaje de negocios en el cual haría un trueque a cambio de la seguridad de su hija. Su plan era ofrecer más años de servicio, los primeros tres años fueron un infierno, su vida corría riego cada que iba a cazar alguno de esos vampiros, el siendo humano ponía su vida en el doble de riesgo de lo que ya estaba. 

El simple hecho de tener conocimiento del secreto lo ponía en riesgo, cuando se casó con Ariana el tuvo que ir integrándose al mundo sobrenatural, el nació y creció en San Francisco, el no era descendiente de los Quileute, pero Ariana si. 

Se convirtió en cazador de vampiros, por lo cual se podría decir que era integrante de la manada, le enseñaron a pelear y a manejar armas, ballestas, arco y flecha e incluso fabricó sus propias armas con el paso de los años. 

Era por eso que podía ponerse al servicio de los Rott a cambio de seguridad de su familia. 

Mirana era otro tema, ella era una mujer hermosa, se decía que su madre era una ninfa y de ahí se derivaba su belleza y su eterna juventud, tenía el aspecto de una adolescente de dieciséis años, su cabello pelirrojo y sus ojos marrones eran la razón de su belleza, su piel blanca como la porcelana le daban un aspecto angelical, cuando ella era lo más cercano que había al mismísimo Satanás. 

Ben había caído en sus garras años atrás, cuando recién llegaba a vivir a la reservación y no conocía a nadie, los Rott tenían una casa de verano cerca de la Push, estaban ahí de vacaciones, una noche cuando Ben pasaba por ahí se encontró con Mirana, una chica que en el momento era una chica sumamente dulce y cariñosa, tuvo una clase de relación de verano con ella, luego se fue, años más tarde cuando se enteró de que el mundo sobrenatural coexistía con el humano se dio cuenta de lo que era Mirana. 

Una híbrida 

Por ello era tan bella y glamurosa, era una ninfa y una mujer lobo 

Sus padres la presentaban al mundo sobrenatural como una belleza exótica, pero no era la única descendiente de los Rott, sino que había una hermana menor, la hermana peligrosa, una chiquilla de quince años que era altamente explosiva en cuando a carácter se refiere, su padre había sido infiel a la madre de Mirana con una bruja hacía quince años, y Mactzil fue el resultado de esa infidelidad. 

La hija bastarda 

Así era como la sociedad se refería a Mactzil, cuando ella nació Mirana ya era " adolescente", Nunca envejecería al igual que su madre y padre, pero Venus al ser hija de una bruja y un lobo envejecería un año cada diez a partir de los dieciséis, por lo que ahora con quince años cumplidos esa sería la forma que tendría por los próximos diez años. 

Ella era la más cuerda de esa familia de locos, y aunque se dijera que ella era la más inestable, realmente solo estaba cansada de ser tratada como si no fuera nada. 

Ben tocó a la puerta de la enorme mansión, asustado por lo que pasaría a continuación, la señora Rott abrió la puerta con una sonrisa psicópata en el rostro. No todas las ninfas son hermosas. 


— Ben — lo abrazó — estoy segura de que Mirana estará dichosa de verte una vez más 

— Estoy aquí para ofrecer un trato — se rascó la nuca — No necesito entrar a su casa 

— Oh si, protección para tu adorada hijita  — mencionó de manera altanera — te dejaré la oferta así: tu te llevas algo sin que mi marido lo sepa, y nosotros te ofrecemos protección para tu hija 

— ¿Qué es lo que quiere que me lleve? — preguntó nervioso

— ¡Mactizil! — llamó a la muchacha, la joven apareció de manera inmediata — Ahí estás, pequeña bastarda. 

La chica no dijo palabra alguna, solo se quedó inmóvil y callada.

— Esto — señaló a la joven — es lo que quiero que te lleves 

— ¿ La niña? — preguntó preocupado — ¿Qué se supone que voy a hacer con ella? 

— No lo se, eso ya depende de ti, véndela, mátala, haz lo que quieras con ella — extendió su mano y salió una llama de sus dedos, formando así una hoja de papel, un contrato — Así que, ¿aceptas? 

— Dame eso — arrebató la pluma hecha de llamas de fuego y firmó. 

— Perfecto — la mujer sonrió de manera macabra — Fue un placer hacer negocios contigo — miró a la joven — ve a hacer tus maletas. 


La niña caminó con la cabeza levantada hacia las escaleras de la mansión y a los minutos ya estaba en el auto de Ben, con la mirada perdida. 

Ben subió a su auto consiente de que acababa de hacer un trato con el diablo. 




MANIAC | Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora