MANIAC | Jacob Black

Capítulo 1 | Encerrada o no siguen ahí

Golpee mi cabeza contra el escritorio, no entendía lo que estaba frente a mi, las ecuaciones nunca han sido lo mío, y es notoriamente visible ya que mi tutora siempre termina regañándome por los errores en ellas.

Suspiré rendida y cerré el libro, terminaría de hacer la tarea el fin de semana, eran vacaciones de verano, se supone que no tendría que hacer deberes ni nada por el estilo, pero aún así me los dejan, la excusa de mi tutora : "tu educación es diferente a la de los demás"

No necesitaba que me lo recordaran, era muy obvio que no soy como los demás - fuera del cliché "ni siy cimi lis itris" -, las voces en mi cabeza comenzaron un día y nunca más se fueron.

Las pesadillas también eran un problema a tratar, no tan difícil como las voces pero no eran agradables.

Había veces en las que solo quería quedarme en mi cama e intentar dormir un poco, pero al parecer tampoco podía hacer eso, no era que no tuviera ganas de dormir, sino que los pensamientos asaltaban mi mente tan rápido que me la pasaba la noche pensando en todas las cosas que me pasan, mamá y papá lo han tomado de la mejor manera posible, dicen que en algún momento las voces de detendrán y las cosas mejorarán, realmente espero que sea así, no quiero seguir aquí lamentándome por todo lo que me sucede, no quiero seguir encerrada, pero mi condición no me deja comportarme de manera normal con las personas.

Los sonidos en el patio de mi casa me alertaron de que algo o alguien estaba haciendo desastre, asomé la cabeza por la ventana y pude ver al trío de tontos empujándose unos a otros, rodé los ojos con fastidio, desde que íbamos a la escuela me seguían y murmuraban, me seguían a todos lados, eran unos benditos acosadores, mamá los ha visto muchas veces y les sonríe agradeciéndoles que se preocuparan por mi, ¡JA!, ni siquiera me hablaban en la escuela, parece estando encerrada o no ellos siguen ahí.

****

Había una reunión con el consejo, una reunión a la que no me apetecía ir, pero por obligación tenía que hacerlo, tendría que verle la cara a los raritos del bosque, esos tres chicos que andan por la vida sin camisa, sino, no es que a la población femenina y una poca de la masculina le moleste, pero no me agradaban. Mi madre  siendo parte de las familias "originales" de la Reserva tiene que estar ahí y por lo tanto, mi padre y yo también.

Me puse una falda con medias y una blusa, encima me coloqué una cazadora lo suficiente mente calientita para el frío del invierno, unos tenis y una bufanda, amarré mi cabello en un chongo y salí de la casa junto con mis padres, papá platicaba con mamá animadamente de temas de su trabajo, yo escuchaba como si entendiera y asentía de vez en cuando, aunque realmente no tenía ni pico de idea de lo que estábamos hablando.

Llegamos antes de lo que hubiera querido al patio de la casa de los Black, mamá y papá fueron a saludar a sus amigos y yo me quedé en una esquina, saqué mi celular y comencé a repasar los temas de estudio para mi siguiente semestre, no era mucho realmente, pero siendo desde casa las cosas suenan un poco más fáciles de lo que en realidad son.

Levanté mi cabeza cuando escuché risas masculinas, Seth y Leah Clearwater acababan de llegar, Seth saludó tímidamente a todos mientras que su hermana ponía una mueca de fastidio, esa era mi señal, me acerqué a saludarla, Leah era mi única amistad realmente, nos comprendíamos mutuamente, me saludó con la mano y nos fuimos a la esquina a platicar.

Le conté sobre el como mis clases estarían integradas y el como el trío de tontos seguían yendo a mi casa sin razón alguna, ella me platicó sobre como seguía sin hablarse con su prima por irse con Sam, también sobre como su papá la presionaba para que subiera sus calificaciones en la escuela.

Puedo decir que hasta la pase bien, cenamos y llegó el momento de las historias, todos nos acomodamos al rededor de la fogata, los chicos sin camisa - o como a Leah le gusta llamarlos "esteroides con piernas" - escuchaban atentos la historia sobre los lobos como si comprendieran lo que se sentía serlo, reí, no se porque pero me parecían divertidas las historias sobre hombres lobos y vampiros, esas cosas no existen, no tienen sentido

Bueno, tampoco es como si fuera muy normal escuchar cosas en mi cabeza verdad

—Tonterías — escuché susurrar a Leah

— Tss — la silencié — deja escuchar

— Porfavor — sentenció — esas cosas no existen

— Si, pero respeta — comenté divertida, tampoco creía en eso, pero las historias me gustan, son entretenidas y te dan algo en lo que pensar

La reunión se acabó y cada quién fue yéndose a su casa, Leah se despidió de mi y se fue con su familia, mamá y papá decidieron que sería buena idea quedarnos a ayudar a los Black a limpiar todo el desastre que quedó, no me quedaba de otra así que comencé a ayudar a limpiar todo, ya pasaba de medianoche así que había una gran posibilidad de quedarme dormida, a mitad de la limpieza papá y mamá anunciaron que los necesitaban el el trabajo, al parecer había un juicio que estaba pendiente y habían obtenido nueva información, por lo cual tendrían que irse, pensé que era hora de irme a casa, pero mamá arruinó mis planes.

— Tenemos que retirarnos Billy, ocurrió algo en el trabajo y tenemos que irnos, ¿Annie puede quedarse aquí esta noche?

— Por supuesto, Ariana — contestó el — es peligroso que valla ella sola de noche

Sonreí intentando de no gritar, no era que no me agradara Billy, al contrario, pero quedarme una noche aquí es mucho, no con Jacob en la casa, sería muy incómodo..

Mamá y papá se despidieron dejándome con Billy en el patio, seguimos limpiando mientras Jacob recogía las sillas y los vasos en el otro lado del sitio, suspiré rendida mientras metía una bolsa de papitas en la bolsa negra de basura y continué con mi tarea, Billy nos avisó que ya era mucho por hoy y que mañana terminaríamos el trabajo, nos metimos a la casa y cenamos algo, Billy avisó a Jacob que me quedaría con ellos esta noche, asintió con la cabeza y dijo que estaba bien, hasta que dijeron donde dormiría.

— Puedes quedarte en el cuarto de Jake, Annie — sentí un escalofrío recorrer mi espalda — tenemos una colchoneta

Estuve a punto de decirle que podría quedarme en el sillón, pero al ver la ventana de la sala rota pensé que dormir en el cuarto de Jacob era mejor que morir resfriada.