Huida.

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Salté de la cama y me dirijí con sigilo hacia la puerta.

-¿Quién es? -Pregunté con miedo, mientras que Aby se medio escondía con las sábanas de mi cama.

-Policía. -Dijo una voz fuerte y robusta.

Abrí despacio la puerta con miedo a que fuese mentira, pero no nos podíamos arriesgar a no abrir.

En cuanto abrimos la puerta vimos como efectivamente era un policía y juto detrás se marchaban nuestros 'Vecinos' detenidos, junto con policías que les escoltaban y numerosos paquetes con lo que parecía marihuana.

-¿Tenéis algo que ver? -Dijo señalando el espectáculo de detrás.

Aby y yo negamos con la cabeza.

-Aun así me tenéis que acompañar.

Aby se levantó con miedo y junto a el policía abandonamos el lugar, mientras saliamos por la puerta muertas de miedo pudimos ver a un policía el qual parecía totalmente inexperto jugaba con algo.

-Mira jefe con lo que machacaban la droga. -Dijo haciendo malabares con ello y riendose.

Aby y yo nos giramos y pudimos pero que no era una simple piedra, era la piedra de Aby, la de la naturaleza.

-Que irónico. -Dijo Aby llevandose las manos a la cara.

Me quedé atónita.

-James, no juegues con eso, es una prueba. -Dijo el policía que parecía acargo de la investigación.

Ahora fui yo la que se llevo las manos a la cabeza.

Habíamos encontrado la piedra pero no había forma de poder conseguirla...

En pocos minutos estabamos en la comisaría estatal, había millones de policís que iban de un lado a otro, sin ni siquiera percatarse de nuestra presencia, pasadas ya varias horas una policía se dirijió a nosotras.

-Vostras dos. -Dijo señalandonos. -Ya os podeis ir.

-Eh, vale, gracias. -Dijo Aby cogiendo su bolso a toda prisa.

-¿Me puedes decir donde está el baño? -Dije mientras un plan se me ocurría para conseguir la piedra.

-Al fondo a la derecha. -Dijo sin apenas mirarme.

Mientras iba hacia allí ví una gran multitud de despachos, y porfín encontré el que buscaba, Sr. James Peterson, el policía que hará apenas dos horas que jugaba con la piedra.

Me quedé observando con dusimuló su despacho, entre cajas de pizza, cafés del Starbucks y miles de papeles sin ordenar pude ver una piedra verde que hacía de pisapapeles, que irónico, la salvación de todo lo que conocemos y ese señor la usa como simple pisapapeles, puede que por los nervios, se me escapo una carcajada, y antes de que nadie se percatase de mi presencia corrí hacia el baño.

Suspiré. -Piensa Tania, piensa... -Dije apollandome el el lavabo mientras el goteamiento del mismo me desconcentraba.

-¡Claro! -Medio grité. -Como no se me ha ocurrido antes.

Sujeté el grifo con fuerza mientras notaba como salía por los lados el agua, poco a poco, hasta que porfín explotó salí corriendo, e inmediatamente un par de policías vinieron corriendo, lo necesario para provocar desconcierto en la comisaría y que nadie se percatase de como cogía la piedra, me la guardé en el bolsillo, y salí corriendo.

-Vamos Aby. -Dije agarrandola del brazo.

-¿La tienes? -Pregunto exausta mientras saliamos de la comisaria.

Asentí con la cabeza.

-Vale perfecto, vamonos de aquí.

Fuimos al aeropuerto con lo puesto, y que era demasiado arriesgado volver al motel.

Nos montamos en el avión y tuvimos tiempo para pensar y decansar.

-¿Y ahora que? -Dijo Aby haciendo girar la piedra entre sus manos.

-Ahora tenemos que andarnos con cuidado, y encontrarle.

Asintio. -¿Y Damon?

Suspiré -Me llamo ayer, pero le ignoré, aunque si hable con Sidney y me dijo que habían roto definitivamente porque Damon se veía con otra o algo así.

-Oh, ¿Le ponía los cuernos?

-Eso parece.

-No le veía capaz.

-Ya ni yo, pero me da igual. -Dije lo más creibe que pude.

En poco tiempo llegamos a casa.

Bajamos del avión y nos dirijomos hacia casa de Aby, hoy me quedaría a dormir en au casa para intentar crear algun plan o algo parecido.

Estabamos en pijama tiradas en el suelo comiendo palomitas mientras nos reiamos de las tonterías que habíamos hecho durante el viaje, cuando llamaron a la puerta.

-¿Esperas a alguien? -Le prgunté a Aby con miedo ya que estabamos solas.

Negó con la cabeza mientras cogía un viejo bate de beisbol, no pude soltar una risita, ya sea por la imagen de Aby con un bate o pot el miedo del momento, bajamos las escaleras yo delante, y pudimos distinguir una sombra al otro lado de la casa.

Volvieron a llamar al timbre lo que provocó que casi muriesemos del susto, pero por suerte no lo hicimos.

-Quién es! -Dije lo más desafiante que pude.

-Soy yo, Damon.

Aby solto el bate soltando el aire, y no pude evitar hacer lo mismo, abrí la puerta y vi a Damon apollado a ella.

-Hola Tania. -Dijo con el semblante serio. -Tenemos que hablar.

I'm TaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora