La piedra del agua.

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Las escaleras que hace apenas una hora se me habían hecho eternas, ahora apenas existían.

-¡Todo en orden! -Exclamó mi madre al vernos con esas caras. -Una simple mosca, ya sabes como es Daisy.

Reí.

Damon se levantó de la mesa sin decir nada y se marcho, miré a Stefan anonadada, el cual simplemente negó con la cabeza como señal de que no sabía que había pasado, Daisy hizo amago de levantarse para ir tras el, pero se volvió a sentar, yo por mi parte quería saber que había pasado.

Salí fuera y le ví mirando al cielo.

-Vete. -Dijo sin mirarme.

-No.

-Sino quieres acabar como tentempié de media noche vete. -Dijo ahora si mirandome.

Tragué saliva. -No lo harías.

-Creeme, que sí, es tan fácil como cerrar los ojos y dejar de verte.

-Nose porque haces esto Damon.

Se quedo mirando el collar.

-¿Quieres saber porque?

Asentí con miedo.

-Porque aunque sea lo más egoista me arrepiento de haberle dado la maldita cura a tu abuela, la amaba, Tania, la amaba de verdad, y que no solo seas igual que ella en el físico, sino, que cada gesto, cada palabra.- dijo tocandome el pelo, yo solo escuchaba.- Y ese collar, Tania, ese collar, lo he buscado durante años.

-¿Quieres saber donde esta mi abuela?

-Más que nada.

-Te ayudaré a encontrarla, te lo prometo.

Sonrió levemente.

-Gracias, Tania, pero llevo mucho tiempo buscandola...

-No tenias una döppleganger que te ayudase. -Reí. -Ahora entra o Daisy nos matará a los dos, bueno, solo ami. -Reí.

Entramos dentro e intentamos acabar la cena en paz, no eran ni las diez cuando los Salvatore decidieron irse, subí a mi habitación y pasé  ala ducha, el vapor envolvió todo el baño, me enrolle la toalla, y me dispuse a salir de la ducha.

-¿Qué haces aquí Daisy? ¡Es mi baño! -Dije gritando.

-Te gusta Damon, ¿Verdad? -Dijo con odio.

-¿Qué a mi? -Dije asombrada.

-Si, a ti, he visto como te mira, y lo mejor de todo esque por lo que veo ya os conociais, ¿no?

-No te entiendo.

-Vamos, Tania, no te hagas la tonta, tiene fotos contigo en el móvil y en la cartera.

-Yo no.... -Haber como narices le explicaba que no era yo, que era mi abuela que es igual que yo o inclusonpuede mi ta-ta-ta-ta-ta-ta-ta....tarabuela Katherine.

-Te odio desde el primer momento que te ví, y ya es hora de acabar con esto.

¿Qué estaba diciendo? ¿Acaso se había vuelto loca?

De repente se avalanzó hacia mi sus ojos cambiaron de color , con todas las fuerzas del mundo aprete los puños y cerré los ojos, mi interor empezó a arder, y sin darme cuenta la cisterna, la ducha y el lavaba habían estallado y no paraba de salir agua que iba directamente hacia ella, tirandola al suelo, y dandome tiempo a salir, cogí las dos primeras cosas que pude de ropa y salí corriendo de aquella casa, aunque suene cutre me vestí detras de un árbol dejando ahí la toalla, creo que fue el momento en el que más frio y miedo he pasado en toda mi vida.

Llamé a Damon mientras corría con todas mis fuerzas.

-Parada de media noche, digame. -Dijo Damon riendose.

-....Damon... -Dije sofocada. -Es Daisy es... no se lo que es... Damon.

-Tranquila, donde estas, voy a por ti. - Dijo preocupado.

-...Corriendo hacia tu... Damon. -Dije como último soplido.

Daisy estaba delante mio, no sabía que hacer.

-No te acerques más. -Dije gritando con rabia.

-¿O si no que? -Dijo acercandose poco a poco.

Sus ojos eran como los de Damon la primera vez que le conocí, ¿era un vampiro? Justo cuando note que iba a acabar conmigo abrí los ojosby la ví en el suelo.

-Cuello roto, Daisy 0 Damon 1.

-Esta...

-¿Muerta?

Asentí.

-No, asique ven conmigo. -Dijo cogiendome del brazo. -¿Es un vam-vampiro...?

-Si, pero no es obra mia ni de Stefan..., hoy duermes en nuestra casa.

-¿Qué, que dices, y mi madre?

-Estará bien, haré que Stefan se pase para borrarle un par de cosas, pero todo irá bien, ahora entra. -Dijo señalando su casa. -Que tenemos muchas cosas que averiguar.

Era una casa enorme, y preciosa, había cosas que parecían tener miles de años y por lo que sabía, no me equivocaba...

-¿Duermes conmigo verdad? -Dijo con cara de bueno.

Volteé los ojos.

-Bromeaba... -Rió. -Pero duermes al lado, si la loca esa vuelve, no te conviene estar lejos.

Asentí.

-¿Dónde esta el baño? -Pregunté.

-Al final del pasillo, si pasa algo, grita.

Sonreí.

-Hola, Tania, ¿Qué estas haciendo aquí?

-Yo... -Damon me interrumpió. -La he conseguido primero hermanito.

Le golpeé en el hombro.

-Auuu. -Dijo burlandose de mi fuerza. -Daisy, larga historia. -Dije bostezando y sentandome en el sofám

-Tengo todo el tiempo del mundo. -Dijo Stefan.

Me acomodé en el sofá y deje habalr a Damon y al poco tiempo caí en un profundo sueño.

Tania, Tania, la piedra, la piedra del agua, la necesitas, mira en tu interior, la piedra del agua, encuentrala. -Me susurraba una voz anciana.

-¡La piedra del agua! -Grité despertando a Damon y Stefan que estaban tumbados en el sofá a mi lado.

-¿Qué dices? Vuelvete a dormir anda. -Dijo Damon con los ojos cerrados.

-¿Espera, que piedra Tania?

-Elena, -Damon se incorporó. -O alguien mayor me estaba diciendo que tenía que encontrarla, encontrar la piedra del agua.

I'm TaniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora