-Mi señora, puedo hacer algo más por usted? -dijo una voz chirriante con eco.
-Esta todo perfecto- dijo una voz dulce.-Ya tenemos las tres sucesoras, ahora solo falta que encuentren las dos piedras, y tú mi querido Ronald las ayudarás, pero no así, obviamente. -Dijo pasando su mano sobre él, el jóven que hace unos segundo iba un tanto incorbado ahora parecía que había pasado meses en el gimnasio.
-Ya estas listo, ahora vete y vuelve con ellas y las piedras, y recuerda tu nombre es Justin.Mi expresión cambio inmediatamente, vale, era cierto que mis sentimientos hacia Javier habían disminuido, pero era mio.
Negué con la cabeza y con lágrimas en los ojos susurré -Eres mi hermana- y me aleje tan rápido como pude de esa casa, me encontré a Damon, el cual ya se iba.
-Tania, estas bien? -preguntó preocupado.
-Por qué no me lo dijiste antes Damon? -pregunté con rabia.
-Tania, porfavor, es un tema complicado.
-Damon, se ha liado con mi novio, tampoco dramatices. -dije riedome irónicamente.
-Qué? -preguntó extrañado. -Solo te ha dicho eso?
Asentí.
-Cobarde de mierda -susurró.
-Qué coño esta pasando? -Dije extresada.
-Vas... a... ser... Tia. -dijo con miedo aunque intentando tranquilizar el asunto.
-No puede ser Damon, no puede... -en ese momento salí corriendo de allí y me dirijí hacia un descampado. Me tiré en la hierba y estuve mirando las estrellas durante horas, hasta que alguien se sentó a mi lado.
-Bonitas verdad. -dijo un chico monísimo a mi lado.
Asentí con miedo.
-Soy Justin- dijo sentandose a mi lado.
-Tania. -Dije seria.
Se quedó callado ante mi reacción.
-Lo siento, es un mal día para lanzar fichas. -Dije levantandome y cogiendo mi bolso.
-Oh, -dijo sorprendido- no queria ser maleducado, solo quería saludar.
-Bien pues ya me has saludado, ahora adiós. -Dije alejandome.
Cogí el móvil y había como dos millones de llamadas peridadas, creo que hasta mi profesora de segundo me había llamado.
Apagué el móvil y me fui hacia el viejo puente, con un poco de suerte ahí estaría tranquila.
Estuve sentada un buen rato tirando piedras sin destino alguno, pero ya era noche cerrada, y aunque me pueda clasificar como intocable, ya que al mover los dedos todo el rio estaría encima de cualquiera, era humana y era miedosa, muy miedosa, y quiero recalcarlo bien, era miedosa, sentía miedo por todo, y aquí me tenías luchando con seres de Percy Jackson, Harry Potter, El señor de los anillos y cazadores de vampiros todo junto, solo faltaba que me abduciese un ovni para poder firmar como la vida mád interesante de la historia, solté una risa leve y me levanté, después de todo era gracioso, había vivido más que cualquier persona que me doblase la edad y ahí seguía.
Iba por el rail derecho de la carretera, lo recuerdo perfectamente, eran apenas las doce y media o puede que fuese la una, el frio helaba la respiración, cuando oí un coche pasar a mi lado, no quise ni mirarlo para no despertar la mente de ningun asesino en serie (losé también veo muchas series) pero oí mi nombre, y no pude evitar mirarlo.
-Tania. -dijo alguien con la boz ebria.
-Javier? -pregunté asombrada. -Qué haces a estas hora aquí y... así?- Dije olvidando por un momento mi insuperable enfado.
-Yo... tania.... Yo no... De verdad... No hice nada... -dijo perdiendo el conocimiento en el coche.
Vale, perfecto, era la una de la madrugada y tenía un coche que no sabía conducir y a mi novio/exnovio medio muerto por el alcohol y etabamos en una carretera donde no pasaba nadie desde hacia meses, perfecto tania, perfecto.
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I'm Tania
Ficção Adolescente¿Qué hubiese pasado si la famosa cura la hubiese tomado Elena y no Katherine...?